Las acciones chinas han registrado su mejor semana desde 2008, impulsadas por un nuevo paquete de estímulos económicos lanzado por el gobierno de Pekín. Este plan, que incluye un fondo de 114.000 millones de dólares, tiene como objetivo revitalizar el mercado bursátil, apoyar al sector inmobiliario y fomentar el consumo interno, en un esfuerzo por alcanzar el ambicioso objetivo de crecimiento del 5% para este año.
El índice CSI 300, que agrupa a las principales empresas de las bolsas de Shanghai y Shenzhen, experimentó un incremento del 15,7% durante la semana, su mejor desempeño en más de una década. Este repunte recuerda al registrado en noviembre de 2008, cuando China lanzó un paquete de estímulos en respuesta a la crisis financiera mundial. El índice Hang Seng de Hong Kong también vivió un alza significativa del 12% en su mejor semana en más de 20 años. Compañías cotizadas como Alibaba o Tencent están viendo sus mejores cifras en años.
El punto culminante de este impulso se produjo el martes, cuando el Banco Popular de China anunció la creación de un fondo de préstamos por valor de 800.000 millones de yuanes (equivalente a 114.000 millones de dólares). Este fondo permitirá a las empresas recomprar sus propias acciones y a instituciones financieras no bancarias, como aseguradoras, adquirir títulos en los mercados locales. Esta medida busca estabilizar el mercado bursátil y atraer más inversión, un paso fundamental para impulsar la confianza en la economía china.
El optimismo en los mercados no se limitó a China. El estímulo económico también se hizo sentir en Europa, donde el índice Stoxx 600 alcanzó un nuevo récord. Los sectores más beneficiados fueron los grupos de lujo, ya que se espera que un mayor consumo en China impulse sus ventas. Además, el mercado de metales industriales, con China como uno de los mayores consumidores globales, también reaccionó positivamente. El cobre, por ejemplo, subió más del 5% en la semana, alcanzando su nivel más alto en tres meses.
A pesar de este repunte, algunos analistas mantienen cierta cautela. Aunque los estímulos han reavivado el mercado, la situación sigue siendo compleja para el sector inmobiliario, y la sostenibilidad del crecimiento económico de China aún depende de cómo evolucionen factores clave como el consumo interno y las exportaciones.
Los inversores extranjeros también han mostrado gran interés en las acciones chinas, sobre todo a través del programa Hong Kong Stock Connect, que permite comprar acciones de empresas del continente. El volumen de negociación ha sido tan elevado que incluso la Bolsa de Shanghai emitió una advertencia sobre la lentitud en las transacciones debido a la elevada demanda.
Por su parte, las empresas tecnológicas chinas, que han estado en el centro de la atención en los últimos años, también experimentaron un fuerte crecimiento. Acciones como las de Alibaba y Tencent subieron considerablemente, alcanzando niveles no vistos en más de un año. Este impulso refleja un mayor optimismo por parte de los inversores, especialmente tras las recientes medidas de estímulo que buscan apoyar a este sector clave para la economía china.
En conclusión, las nuevas políticas de Pekín han logrado revitalizar los mercados chinos, con efectos positivos que se extienden a nivel global. Sin embargo, el desafío ahora es mantener este impulso a largo plazo, en un contexto económico global que sigue siendo incierto.