Una fuerte tormenta en el estrecho de Kerch, entre Rusia continental y la península de Crimea, provocó que un petrolero ruso se partiera en dos derramando productos derivados del petróleo en la zona. Otro buque similar se encuentra en peligro tras sufrir daños severos, según informaron funcionarios rusos.
Detalles del accidente
El petrolero Volgoneft 212, de bandera rusa y construido en 1969, se partió por la mitad, provocando el hundimiento de su proa. Este buque, con una capacidad de carga de 4200 toneladas, llevaba 15 tripulantes a bordo, de los cuales una persona falleció. Las autoridades confirmaron que los otros 14 miembros de la tripulación fueron rescatados, aunque dos permanecen en estado grave.
El Volgoneft 239, otro petrolero afectado por la tormenta, quedó a la deriva después de sufrir daños significativos. Actualmente, el buque permanece encallado cerca del puerto de Taman, a tan solo 80 metros de la costa.
Un punto estratégico y en conflicto
El estrecho de Kerch es una ruta clave para la exportación de cereales, petróleo y gas natural licuado de Rusia, además de conectar el mar de Azov con el mar Negro. Sin embargo, esta zona también ha sido fuente de disputas internacionales desde la anexión de Crimea por Rusia en 2014. Ucrania ha acusado a Moscú de controlar ilegalmente el paso, un tema que incluso ha sido llevado ante tribunales internacionales.
Respuesta oficial
El presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó la creación de un grupo de trabajo para coordinar las operaciones de rescate y mitigar el impacto ambiental del vertido. Según el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, la respuesta incluye más de 50 especialistas y equipos como helicópteros Mi-8 y remolcadores.
Svetlana Radionova, jefa del organismo de control ambiental Rosprirodnadzor, informó que ya se están evaluando los daños ecológicos en el área afectada, aunque aún no hay detalles concretos sobre el alcance del vertido ni sobre la cantidad de combustible que puede haber sido volcada al mar.
Un incidente con implicaciones internacionales
Este accidente resalta la fragilidad de las operaciones marítimas en una región estratégica y geopolíticamente tensa. La gestión de los daños ambientales y las posibles repercusiones legales o diplomáticas podrían aumentar las tensiones entre Rusia y Ucrania, además de generar preocupaciones en la comunidad internacional sobre la seguridad en el transporte marítimo de hidrocarburos.