El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, pretende continuar con su estrategia de “máxima presión” sobre Irán, introduciendo sanciones adicionales destinadas a limitar las ambiciones nucleares iraníes, a sofocar los ingresos petroleros de Teherán y a cortar su apoyo financiero a grupos que Washington identifica como organizaciones terroristas, dijeron fuentes a The Wall Street Journal.
“Creo que la percepción es que Irán está definitivamente en una posición de debilidad en este momento, y ahora es una oportunidad para explotar esa debilidad”, dijo al medio una persona familiarizada con el asunto.
Sobre la reelección de Trump, el presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, recalcó este jueves que la victoria del candidato republicano en las elecciones estadounidenses “no supone ninguna diferencia” para Teherán. “No supone ninguna diferencia para nosotros quién haya ganado las elecciones en Estados Unidos, ya que nuestro país y nuestro sistema dependen de su fortaleza interna como país de honor y grandeza”, manifestó Pezeshkian durante un acto público. En este sentido, expresó que la prioridad de Teherán es “desarrollar las relaciones con los países islámicos y vecinos”, ya que considera que, “si todos los países del mundo islámico fueran hermanos y aliados, entonces el régimen sionista no se hubiera atrevido a oprimir a los pueblos de Palestina y Líbano”.
Por otro lado, el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Esmail Baqaei, ha subrayado que la victoria de Trump supone “una oportunidad” de “revisar las políticas equivocadas” adoptadas previamente por el país norteamericano durante la administración de Joe Biden.
El primer mandato de Trump, entre 2017 y 2021, estuvo marcado por un período particularmente problemático, cuando persiguió una política de “máxima presión” contra Teherán. Retiró unilateralmente a Estados Unidos del acuerdo nuclear de Irán con las potencias mundiales, lo que condujo a la imposición de sanciones contra Irán. Además, Estados Unidos ejecutó en enero de 2020 un bombardeo contra el aeropuerto de la capital de Irak, Bagdad, en el que mató al entonces jefe de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria de Irán, Qasem Soleimani.
Tras este atentado, las autoridades de Irán solicitaron a Interpol la detención de Trump y otras 48 personas por su papel en el ataque, mientras que un tribunal de Teherán condenó en diciembre de 2023 al Gobierno de Estados Unidos y a otras instituciones e individuos del país norteamericano a pagar cerca de 50.000 millones de dólares por la muerte de Soleimani.
Irán continua entre tensiones con Israel ante la amenaza que han lanzado sus líderes de un próximo ataque de represalia después del atentado israelí del 26 de octubre a instalaciones militares de Irán.