Claves del día de Jose Antonio Vizner
La reciente vuelta de Donald Trump desde Miami, acompañado de Elon Musk, ha desatado una tormenta política en la que el expresidente parece alinear su postura con una creciente desconfianza hacia Volodimir Zelensky. Todo esto, después de que el presidente ucraniano lo acusara de desinformación por apoyarse en medios rusos. En respuesta, Trump no ha dudado en devolver el golpe, tachando a Zelensky de “dictador sin elecciones”.
Este intercambio de acusaciones ocurre en un momento crítico: Joe Biden parece distanciarse de Ucrania, dejando a Zelensky en una posición vulnerable. Bloomberg ya lo plantea sin rodeos: Ucrania debe decidir si seguir con la guerra sin su mayor aliado, Estados Unidos. Si esto es cierto, el futuro del conflicto entra en una zona incierta. ¿Hasta cuándo podrá Ucrania resistir sin el respaldo financiero y militar de Washington?
Las palabras de Trump en Truth Social son reveladoras. Para él, Zelensky ha sido un manipulador hábil que convenció a EE.UU. de gastar 350 mil millones de dólares en una guerra que no se podía ganar. Además, insiste en que Europa ha aportado menos dinero que EE.UU. y que Biden no ha exigido un equilibrio justo en la carga financiera. En este punto, es difícil no preguntarse: ¿es cierto que Europa ha sido demasiado pasiva en esta guerra? ¿Acaso Zelensky ha sabido aprovechar la buena voluntad estadounidense sin dar nada a cambio?
Más aún, la acusación de Trump de que la mitad del dinero enviado a Ucrania ha “desaparecido” genera dudas legítimas sobre la transparencia del gobierno ucraniano. Aunque Zelensky sigue siendo visto por muchos como el líder resistente de la democracia frente a la agresión rusa, el hecho de que se niegue a celebrar elecciones y que su popularidad esté en caída libre en su propio país hace que algunas de estas acusaciones no sean del todo descabelladas.
Pero el contexto económico de todo esto es igual de preocupante. Los mercados están inestables, el dólar se debilita, y el euro parece recuperar terreno. La incertidumbre geopolítica afecta directamente a las finanzas globales, y en medio de esta tormenta aparece un nuevo actor inesperado: el “Dividendo DOGE”.
Se dice que Elon Musk, a través de este programa, está explorando la posibilidad de enviar cheques de reembolso de 5000 dólares a cada contribuyente estadounidense, financiados con recortes en otras áreas del presupuesto. En el papel, la idea suena atractiva: un alivio económico inmediato para los ciudadanos. Pero, ¿qué consecuencias tendría? Un gasto de 400.000 millones de dólares podría generar inflación descontrolada y crecimiento artificial, algo que Estados Unidos no puede permitirse en este momento.
El panorama es claro: la política estadounidense está en un punto de inflexión. Con Trump tomando una postura cada vez más agresiva contra Zelensky, Biden debilitado y Musk proponiendo soluciones económicas radicales, estamos ante un periodo de cambios impredecibles. ¿Hasta dónde llegará esta fractura en la relación entre EE.UU. y Ucrania? ¿Podría realmente Estados Unidos darle la espalda a un aliado en plena guerra? En un mundo donde las decisiones geopolíticas afectan directamente a la economía y al ciudadano de a pie, la respuesta a estas preguntas definirá el futuro inmediato.