El reciente intento de asesinato de Donald Trump no puede ser pasado por alto. Biden ha dejado claro que “no hay lugar para la violencia en Estados Unidos”. En una nación que se enorgullece de sus principios democráticos, cualquier acto que busque dañar a un candidato a través de la violencia es inaceptable. Sin embargo, el propio Trump parece tener una visión diferente, acusando a Kamala Harris de avivar las llamas con su retórica. ¿Realmente podemos atribuir un atentado a las palabras de un adversario político? Me parece una afirmación demasiado simplista.
En cuanto a las encuestas de las elecciones del 5 de noviembre, muestran una carrera muy cerrada entre Harris y Trump, con solo dos puntos de diferencia: 48% para Harris y 46% para Trump. Sin embargo, es interesante recordar que en 2016, cuando Trump ganó a Hillary Clinton, también iba detrás en las encuestas. Lo que ahora vemos no es, por tanto, un escenario inusual. Además, es posible que el impacto del intento de asesinato no se haya reflejado completamente en las encuestas. El tiempo dirá si esto cambia la narrativa.
Lo que sí me preocupa es la posibilidad de que esta polarización creciente derive en más violencia. Es perturbador saber que el agresor pasó más de 12 horas acechando a Trump en su propio campo de golf, aunque, según los servicios de inteligencia, nunca estuvo cerca de disparar. Estos hechos dejan una sensación de vulnerabilidad que no debería existir en un país como Estados Unidos.
Cambiando de tema, el panorama económico también está en el foco de atención. Microsoft ha anunciado una recompra de acciones de 60.000 millones de dólares, un movimiento que subraya su posición dominante en Wall Street. Al mismo tiempo, Amazon ha comunicado que, a partir de enero de 2025, sus empleados deberán regresar a la oficina cinco días a la semana, una decisión que busca fortalecer su cultura corporativa. En Alemania, Deutsche Bank y Commerzbank están en el centro de las discusiones sobre el futuro de la economía alemana, con la banca jugando un papel crucial en estos tiempos de incertidumbre.
Por otro lado, el grupo de senadores demócratas que ha enviado una carta a Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, pidiendo una “jumbo bajada” de los tipos de interés, refleja la preocupación por el estado actual de la economía. Con una tasa del 5,3%, la más alta en 20 años, los senadores argumentan que la situación está afectando negativamente al crecimiento del empleo y urge una reducción significativa. El debate sobre si será de 75 o 50 puntos básicos está en el aire, pero la opción de 50 parece estar ganando terreno.
En este contexto, es vital que la Reserva Federal actúe con cautela. La inflación, aunque bajo control según Lael Brainard, sigue siendo una preocupación, y el mercado laboral debe protegerse. Powell tiene en sus manos decisiones cruciales que podrían determinar el rumbo de la economía en los próximos meses.
En resumen, la situación en Estados Unidos y en el mundo sigue siendo de alta tensión, tanto en términos políticos como económicos. Estamos en una etapa decisiva, y las decisiones que se tomen en los próximos días y semanas tendrán un impacto duradero en el futuro del país.