Los tanques del ejército israelí se encuentran ya en distritos residenciales de Rafah, intensificando la presión sobre los habitantes de la ciudad para que la abandonen y se trasladen a zonas más seguras. La UNRWA estima en 450.000 personas las que se han marchado de Rafah desde el 6 de mayo, una ciudad que creció hasta los 2,3 millones de habitantes por los refugiados que huían de los combates del norte. Las máquinas topadoras se anticipan al ejército para demoler las casas o apartar los escombros y construir una nueva carretera por la que los tanques puedan pasar. El ejército regresa también a zonas por las que ya había pasado, para evitar que Hamas pueda reconstruirse.
El primer ministro de Qatar, que participa en las negociaciones para un alto el fuego e intercambio de rehenes entre Israel y Hamas, asegura que la operación israelí en Rafah ha hecho retroceder las conversaciones, aunque se continúa negociando.