Solo el 10% de los países han establecido algún tipo de criterio fiscal específico en relación con compensaciones adicionales o la cobertura de costes vinculadas al teletrabajo que las empresas pueden abonar a sus empleados por el hecho de teletrabajar total o parcialmente, a pesar de que muchos estudios estiman que el teletrabajo supone ya el 35% de la fuerza laboral, según un análisis de KPMG.