El misil experimental ruso Oreshnik, lanzado contra Ucrania el mes pasado, pone en evidencia la persistente dependencia de Rusia de equipos de fabricación occidental avanzados, a pesar de las sanciones impuestas por Occidente. Un análisis del Financial Times detalla cómo las empresas involucradas en el desarrollo de este misil continúan utilizando tecnología de países como Alemania y Japón, especialmente en el ámbito del control...