El BCE reconoce cuál es su especialidad: “hablar sin decir nada”
Que los bancos centrales se mueven en aguas movedizas es algo que sabemos de sobra. Lo que nos inquieta es que ellos mismos reconozcan que no tienen claro el rumbo. Y más todavía que no den mensajes claros. La imagen de que puedan avanzar como pollo sin cabeza dista mucho de la calma...