MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
El Banco Central Europeo (BCE) debe ser paciente y no apresurarse en ajustar su política monetaria al encarar la “última milla” del proceso desinflacionario en curso, cuando las subidas de tipos acumuladas empiezan a tener un impacto menor y las condiciones financieras comienzan a flexibilizarse, porque la inflación podría “estallar”.
En una entrevista con ‘Financial Times’, la representante alemana en el directorio del BCE, Isabel Schnabel, advierte de una desaceleración en el proceso desinflacionario, “típica de la última milla”, en el que la política monetaria restrictiva “tiene menos impacto”, una vez superado “el pico de transmisión”.
“Inicialmente, obtuvimos los rápidos beneficios de la desinflación, que es la reversión de los shocks del lado de la oferta”, señala Schnabel, para quien, desde entonces, la inflación se ha mantenido prácticamente estable.
“Yo diría que ahora estamos entrando en una fase crítica en la que la calibración y la transmisión de la política monetaria se vuelven especialmente importantes porque de lo que se trata es de contener los efectos de segunda ronda”, expone la alemana.
En este sentido, la ejecutiva del BCE considera clave la dinámica entre salarios, productividad y beneficios, ya que si la demanda se ve frenada por una política monetaria restrictiva, será mucho más difícil para las empresas trasladar los mayores costes a los consumidores y tendrán que absorber al menos una parte.
No obstante, Schnabel advierte de que este proceso “fundamental” durante la última milla es bastante prolongado y bastante incierto porque la economía podría recuperarse con más fuerza de lo esperado, lo que podría alentar a las empresas a traspasar nuevamente los costes a los consumidores.
Asimismo, la representante del BCE subraya que la inflación persiste en los servicios al tiempo que el mercado laboral ofrece muestras de resiliencia, mientras que se aprecia “una notable flexibilización de las condiciones financieras” porque los mercados descuentan agresivamente un giro en la postura de los bancos centrales, además de los acontecimiento del mar Rojo.
“Esto advierte contra un ajuste pronto de la postura política. Significa que debemos ser pacientes y cautelosos porque sabemos, también por experiencia histórica, que la inflación puede volver a estallar”, advierte Schnabel. “Este es un argumento en contra de ajustar apresuradamente la postura política”, apostilla.