El Gobierno ruso publicó este jueves el acuerdo firmando en junio por los líderes de Rusia y Corea del Norte, Vladimir Putin y Kim Jong-un, que entró en vigor este 4 de diciembre.
El documento establece que ambas naciones reforzarán la coordinación en plataformas internacionales como las Naciones Unidas, fortalecerán sus capacidades de defensa, ampliarán su asociación estratégica y fomentarán la cooperación en el ámbito espacial. En términos técnicos, el tratado proporciona un marco legal para realizar un “plan de largo alcance” que refleja el deseos compartido de ambas naciones de construir un estado poderoso mientras defienden de manera firme la seguridad regional y global conforme a sus intereses comunes.
Asimismo, los dos países se comprometieron a ayudarse mutuamente en caso de agresión externa y a no firmar ningún acuerdo con terceros países que pueda perjudicar los intereses del otro. Según Pyongyang, el tratado representa un instrumento “poderoso” para la construcción de un “mundo multipolar, independiente y justo, sin dominación, subyugación o hegemonía”.
Aunque el texto del acuerdo no menciona explícitamente a ningún país, resulta evidente que genera inquietud en Seúl. Los servicios de inteligencia surcoreanos han sugerido que el pacto podría implicar un apoyo militar ruso a Corea del Norte en caso de un conflicto en la península coreana.
La cooperación militar renovada entre Moscú y Pyongyang ya se ha manifestado con el envío de miles de soldados norcoreanos a Rusia, quienes estarían participando en operaciones de combate contra las fuerzas ucranianas.
Se prevé que este apoyo militar aumente. Kiev advirtió que se está preparando un nuevo contingente de tropas norcoreanas. Además, denunció que Rusia ha recibido de Corea del Norte sistemas de artillería autopropulsados M-1989 de 170 milímetros y M-1991, junto con un centenar de misiles KN-23 y al menos 5 millones de proyectiles, según el Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania.
La OTAN promete actuar contra Rusia
En paralelo, los ministros de Exteriores de la OTAN acordaron este miércoles una serie de medidas “proactivas” para contrarrestar lo que calificaron como actividades “hostiles” procedentes de Rusia, como operaciones de sabotaje o ataques cibernéticos, cuya frecuencia aseguran que ha ido en aumento y genera inestabilidad entre los aliados.
“Los ministros han acordado hoy una serie de medidas proactivas para contrarrestar las actividades hostiles y cibernéticas de Rusia”, indicó el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, en una rueda de prensa al término de una reunión de dos días de los ministros de Exteriores aliados, en la que también se fijo como prioritaria la entrega de defensas aéreas a Ucrania.
Rutte también señaló que el creciente alineamiento de Rusia, China y Corea del Norte e Irán pone en relieve “la naturaleza global de las amenazas a las que nos enfrentamos”. Según dijo, a cambio de tropas y armas, Rusia está proporcionando a Corea del Norte apoyo para sus programas de misiles y nuclear, lo cual “podría desestabilizar la península coreana e incluso amenazar a Estados Unidos”.