Moscú ha anunciado el comienzo de la segunda etapa de sus maniobras militares con uso de armas nucleares no estratégicas, junto a Bielorrusia. Los ejércitos de ambos países llevan a cabo un entrenamiento conjunto para “mantener la preparación del personal y el equipamiento de las unidades para garantizar de forma incondicional la soberanía y la integridad territorial”.
Las maniobras se iniciaron en respuesta a las declaraciones del presidente francés Emmanuel Macron, quien aseguró que no descartaba el envío de tropas occidentales a Ucrania. Rusia consideró esas palabras como “afirmaciones provocativas” y “amenazas contra Moscú”. En la primera etapa de los ejercicios se usó munición del sistema de misiles balísticos Iskander, y el personal de las Fuerzas Aeroespaciales realizó prácticas con sistemas de misiles hipersónicos Kinzhal.