Rusia lanzó un ataque masivo con misiles y drones contra la infraestructura energética del país el día de Navidad, profundizando una crisis humanitaria en pleno invierno. Según el presidente ucraniano Volodimir Zelensky, el asalto incluyó el lanzamiento de 70 misiles y más de 100 drones de ataque, algunos de ellos de tipo balístico.
Consecuencias inmediatas: cortes de energía y calefacción
El operador de la red eléctrica ucraniana, Ukrenergo, implementó restricciones de suministro como medida preventiva para proteger el sistema energético del país tras los daños sufridos. German Galushchenko, ministro de Energía, afirmó que las restricciones eran necesarias para “minimizar las consecuencias negativas”.
El ataque dejó a 500.000 personas sin calefacción en la región de Járkov, en el este del país, según el viceprimer ministro ucraniano Oleksiy Kuleba. Estas interrupciones agravan la ya precaria situación de los ucranianos, que enfrentan temperaturas bajo cero en medio de una guerra devastadora.
Respuesta internacional
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, condenó enérgicamente el ataque, calificándolo de “escandaloso” y acusando a Rusia de intentar “privar al pueblo ucraniano de calefacción y electricidad durante el invierno para poner en peligro su seguridad”. Biden reafirmó el compromiso de su país de continuar enviando armas y apoyo a Ucrania.
“El pueblo ucraniano merece vivir en paz y seguridad, y Estados Unidos y la comunidad internacional deben seguir apoyando a Ucrania hasta que triunfe sobre la agresión de Rusia”, expresó el mandatario.
Este bombardeo masivo ocurre en un contexto de ataques recurrentes a la infraestructura energética de Ucrania desde que comenzó la invasión rusa a gran escala en febrero de 2022. Apenas cinco días antes, Moscú había lanzado otro ataque a la capital, Kiev, tras casi un mes de relativa calma en la ciudad.
Por su parte, Rusia informó que durante la noche derribó 59 drones ucranianos en varias regiones, aunque no dio detalles sobre las áreas específicas afectadas ni el alcance de los daños en su territorio.
Escenarios futuros y tensiones diplomáticas
El ataque de Navidad se produce en un momento de alta tensión internacional y especulación sobre el impacto del posible regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Trump ha prometido poner fin a la guerra y ha sugerido que el presidente Zelensky debería estar “preparado para llegar a un acuerdo”. Esta postura contrasta con la línea dura de la actual administración de Biden, que prioriza el apoyo continuo a Ucrania.
Mientras ambas partes evalúan sus estrategias y el conflicto sigue escalando, los ataques al suministro energético ucraniano subrayan el costo humano de la guerra. Millones de civiles enfrentan un invierno sin acceso confiable a electricidad, calefacción o agua potable, en lo que muchos observadores consideran una táctica deliberada para socavar la moral y la resistencia de Ucrania.
El bombardeo del día de Navidad refuerza la dimensión humanitaria de este conflicto prolongado, marcando un sombrío recordatorio de los retos que enfrenta Ucrania en su lucha por la soberanía y la estabilidad. A medida que las bajas temperaturas y los cortes de energía agravan la situación, el apoyo internacional será clave para mitigar el sufrimiento de la población civil y sostener los esfuerzos ucranianos frente a la agresión rusa.