El secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Sergei Shoigú, afirmó que la situación actual en el frente de batalla no favorece a Ucrania y advirtió a los aliados occidentales de Kiev sobre las consecuencias de seguir apoyando al régimen ucraniano sin negociar un acuerdo de paz. Según Shoigú, Occidente se enfrenta a una disyuntiva: continuar financiando a Ucrania, lo que resulta en la “destrucción de la población ucraniana”, o reconocer las realidades del conflicto y sentarse a negociar una resolución.
“Ahora, cuando la situación en el teatro de operaciones militares no favorece al régimen de Kiev; Occidente se enfrenta a una disyuntiva: continuar financiándolo y destruyendo a la población ucraniana, o reconocer las realidades actuales y comenzar a negociar”, señaló Shoigú durante una reunión con los representantes de los países de la Comunidad de Estados Independientes.
El alto funcionario ruso también hizo referencia al reciente cambio de administración en Estados Unidos, tras la victoria del republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales, sugiriendo que este cambio podría ofrecer una oportunidad para reconsiderar la estrategia occidental en Ucrania.
Rusia había denunciado previamente una incursión ucraniana en la región fronteriza de Kursk, acusando a Kiev de intentar capturar una central nuclear. Según fuentes rusas, el objetivo de la operación militar ucraniana sería aumentar la presión sobre las regiones bajo control ruso. Por su parte, el Gobierno ucraniano ha denunciado que en la defensa de esta región fronteriza han participado soldados norcoreanos, cuya presencia se estima en 11.000 efectivos, aunque esta cifra no ha sido confirmada ni desestimada por Moscú.
Shoigú calificó al gobierno ucraniano como un “terrorista peligroso controlado desde fuera” y acusó de intentar llevar a cabo actos de “terrorismo nuclear”, en referencia a los presuntos ataques a la central nuclear de Zaporizhzhia, en una región ocupada por Rusia, y al intento de apoderarse de la central nuclear de Kursk.
El funcionario ruso finalizó su discurso responsabilizando a Occidente de haber intentado convertir Ucrania en una “arma” destinada a infligir una derrota estratégica a Rusia. “Ese plan fracasó”, afirmó Shoigú, subrayando que, en lugar de permitir a Ucrania lograr un desarrollo pacífico, Occidente “la saqueó de manera desvergonzada”.
Estas afirmaciones coinciden con las declaraciones previas del presidente ruso, Vladimir Putin, quien en la cumbre de los BRICS, celebrada del 22 al 16 de octubre, reiteró que “Ucrania está siendo utilizada para lanzar amenazas críticas contra Rusia”. Aunque Putin no mencionó nombres específicos, añadió que “ni siquiera ocultan el objetivo de infligir una derrota estratégica a nuestro país”.
Por su parte, Putin enfatizó que Rusia está dispuesta a considerar cualquier acuerdo de paz que tenga en cuenta “la realidad sobre el terreno” y descartó cualquier otra opción. Sin embargo, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha insistido en varias ocasiones que su país no cederá territorio bajo ninguna circunstancia, manteniéndose firme en su postura de no aceptar ninguna negociación que implique pérdidas territoriales.