MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
La Autoridad de Conducta Financiera (FCA por sus siglas en inglés) ha impuesto una multa de 31.800 libras (37.246 euros) y la prohibición de volver a trabajar en servicios financieros a Floris Jakobus Huisamen, quien era responsable de cumplimiento en London Capital & Finance (LCF), firma que colapsó en 2019 provocando pérdidas para los inversores particulares que habían adquirido los llamados ‘minibonos’ emitidos por la entidad.
En un comunicado, el regulador financiero del Reino Unido señala que LCF comercializó estos ‘minibonos’ entre inversores minoristas, subrayando que las promociones financieras, firmadas por Huisamen, presentaron una imagen engañosa del producto, haciéndolo parecer una inversión mucho más atractiva de lo que era.
De tal modo, la FCA considera que los inversores no recibieron una visión completa de los riesgos de los ‘minobonos’, incluida la presencia de cargos ocultos y la naturaleza insostenible de los préstamos realizados por LCF.
En este sentido, señala que Huisamen aprobó estas promociones financieras “a pesar de sus propias preocupaciones sobre la estrategia de LCF” sin realizar un escrutinio adecuado ni desafiar suficientemente a la alta dirección y continuó aprobando promociones incluso cuando tuvo conocimiento de afirmaciones inexactas.
Floris Jakobus Huisamen aceptó llegar a un acuerdo con la FCA, por lo que se ha beneficiado de un descuento del 30% en la sanción impuesta, que habría sido en caso contrario de 45.500 libras (53.292 euros).
“El señor Huisamen debería haberse asegurado de que las promociones financieras de LCF fueran ‘justas, claras y no engañosas’. Sin embargo, bajo su mandato, el proceso de aprobación se convirtió en un ejercicio ineficaz de marcar casillas: como resultado, miles de inversores fueron persuadidos de invertir sobre la base de declaraciones altamente engañosas”, ha afirmado Therese Chambers, directora ejecutiva conjunta de Aplicación y Supervisión del Mercado de la FCA.
“Sus errores contribuyeron a que miles de inversores minoristas perdieran importantes cantidades de dinero. Es lo correcto que ya no pueda trabajar en el sector de los servicios financieros”, ha apostillado.
LCF colapsó en 2019 con deudas de más de 230 millones de libras esterlinas (269 millones de euros) que afectaron a alrededor de 14.000 bonistas y llevó al comité del Tesoro a calificar lo ocurrido como uno de los mayores fallos regulatorios en décadas, así como a instar a la FCA a implementar un cambio en la cultura para proteger a los consumidores y los mercados financieros.