La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha solicitado a los líderes europeos priorizar el diálogo con el gobierno de Donald Trump para mitigar los riesgos de una posible guerra comercial. En una entrevista en Financial Times, Lagarde destacó la importancia de evitar represalias por los aranceles propuestos por Trump, que podrían alcanzar hasta un 20 % para las importaciones no chinas.
Riesgos para la economía global
Lagarde advirtió que una guerra comercial de gran escala podría generar una reducción global del PIB, afectando gravemente al crecimiento económico. Según la presidenta del BCE, estas medidas proteccionistas no benefician a ninguna de las partes y su impacto podría extenderse a nivel mundial.
En respuesta a las afirmaciones del presidente estadounidense sobre “hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande”, Lagarde cuestionó la viabilidad de este objetivo en un contexto de disminución de la demanda global: “¿Cómo se puede hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande si la demanda global está cayendo?”, dijo.
Estrategias propuestas
Para afrontar este desafío, Lagarde sugirió adoptar una “estrategia de chequera”, aumentando las compras de bienes estadounidenses, como gas natural licuado (GNL) y equipos de defensa. Según la presidenta del BCE, esta alternativa sería preferible a un enfoque basado en represalias, que podría escalar las tensiones comerciales.
La Comisión Europea está evaluando distintas medidas para responder a las políticas de Trump, incluyendo el incremento de las importaciones agrícolas desde Estados Unidos y la cooperación en proyectos de defensa financiados por la UE.
Contexto y retos internos
Este escenario ocurre en un momento en que la economía europea enfrenta desafíos estructurales. Lagarde subrayó la necesidad de revitalizar la competitividad económica de Europa, una recomendación alineada con el diagnóstico previo de su predecesor, Mario Draghi.
Entre las reformas propuestas, Lagarde destacó la creación de una Unión de Mercados de Capitales, que busca consolidar un mercado único financiero en la UE. Esta iniciativa, presentada inicialmente en 2014, ha encontrado resistencia interna, pero Lagarde señaló que actualmente existe un nivel de consenso sin precedentes para avanzar.
Relación con China y riesgos adicionales
Lagarde también advirtió sobre el impacto indirecto de los aranceles estadounidenses a China. Un aumento en los impuestos a las exportaciones chinas podría redirigir productos al mercado europeo, generando un fenómeno de dumping que perjudicaría a los fabricantes locales.
Por su parte, Trump ha endurecido su retórica hacia China, anunciando un arancel adicional del 10 % como represalia por la falta de acciones para controlar la producción de sustancias como el fentanilo.
Oportunidad para un cambio estructural
Lagarde ve este contexto como un catalizador para que Europa implemente cambios necesarios y asuma una postura más competitiva a nivel global. En su opinión, las tensiones actuales representan un “gran despertar” para la región, ofreciendo una oportunidad para modernizar su estructura económica y reforzar su posición internacional.
La presidenta del BCE insistió en que Europa debe transformar los retos actuales en oportunidades, apostando por la innovación y la cooperación estratégica para asegurar su resiliencia frente a los desafíos globales.