¿Qué está pasando con la libertad de expresión en Europa? El derecho a la protesta está muriendo

¿Qué está pasando con la libertad de expresión en Europa? El derecho a la protesta está muriendo

Desde Bloomberg, mandan un mensaje que debería hacer pensar a Europa qué está pasando con la libertad de expresión. Y es que, Matthew Brooker, escribe que "no se puede negar el retroceso de la libertad de expresión en Gran Bretaña". En un mundo que tiende hacia el autoritarismo, el Reino Unido debería proteger el derecho a la protesta pacífica, comenta Brooker. Esto comienza a señalar lo que en redes sociales también se comenta: el movimiento de censura que no se ve desde después de la Segunda Guerra Mundial.

Este artículo, señala cómo los gobernantes se deberían centrar en otros ámbitos que no sean censurar a la ciudadanía. Quienes pensamos que el entorno de Europa es seguro, igual no estamos del todo en los cierto. El tema fundamental, está en intentar entender cómo la continuación de detención por parte de ideología -sobre todo provida- estarían acabando con el derecho a una protesta pacífica. Por ejemplo, 3 veinteañeros, por poner una pancarta enfrente de la casa de Keir Starmer, les ha caído una pena condicional.

No se puede dejar de protestar, de decir tu opinión. Quienes están sometidos a medios de comunicación, recibe acoso, insultos y acusaciones, sin embargo, no hay que parar de opinar. Quienes hoy impulsan este tipo de restricciones pertenecen a corrientes políticas históricamente vinculadas a la defensa de derechos civiles. Brooker subraya la ironía de que “los nietos de quienes lucharon por la libertad sean hoy los nuevos censores”.

En paralelo, desde Estados Unidos, figuras como JD Vance alzan la voz en defensa de la libertad de expresión en Europa, alertando de un panorama preocupante que, de no frenarse, podría asemejar al Reino Unido a regímenes como el de Rusia, Hungría o China. Una comparación que en otros contextos habría sido impensable, pero que hoy genera eco en medios internacionales.

La deriva autoritaria no es un problema ideológico, sino estructural: atenta contra los fundamentos democráticos que sustentan tanto al Reino Unido como a Europa. Y mientras los mercados abren con buenas perspectivas, Brooker concluye con una advertencia clara: “Puede haber inversión sin estabilidad, pero no hay prosperidad sin libertad”. En una Europa que históricamente ha hecho bandera de los derechos civiles, la libertad de expresión vuelve al centro del debate. Y esta vez, bajo la amenaza real de que no sea ya un derecho garantizado, sino una conquista en riesgo de perderse.