El presidente ruso, Vladimir Putin, ha llegado a Pyongyang invitado por su homólogo Kim Jong-un y acompañado por el ministro de Defensa, Andrei Belousov; el de Exteriores, Sergei Lavrov; los ministros de Sanidad, Transportes y Recursos Naturales; los responsables de la agencia espacial rusa; y el viceprimer ministro y responsable de energía, Alexander Novak.
Se trata de la primera visita de Putin a Corea del Norte en 24 años y la realiza en un momento complicado, en el que Rusia busca aliados para su operación especial en Ucrania. Este mismo martes, el presidente ruso ha aprobado un proyecto de Acuerdo Integral de Asociación Estratégica con Corea del Norte, que se firmará durante su estancia. Ya antes de viajar, el presidente ruso prometió su apoyo inquebrantable a Corea del Norte y prometió desarrollar juntos “mecanismos alternativos de comercio y acuerdos mutuos que no estén controlados por Occidente”, al tiempo que prepararse para resistir “conjuntamente las restricciones unilaterales ilegítimas”. Putin también agradece a Kim Jong-un su apoyo en la operación militar y le prometió reciprocidad para defender los intereses de Corea del Norte frente “a las amenazas militares de Estados Unidos”. Además, Moscú se ha comprometido a cooperar con Pyongyang en los sectores humanitario, económico, comercial y militar, así como a bloquear posibles nuevas sanciones a Corea del Norte en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Estados Unidos, por su parte, no ve con buenos ojos el fortalecimiento de esta relación y acusa a Corea del Norte de haber proporcionado munición a Rusia, extremos que ambos, Moscú y Pyongyang, han negado.