El presidente ruso Vladimir Putin expresó su disposición a reunirse con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y discutir posibles soluciones a la guerra en Ucrania. En una conferencia de prensa anual en Moscú, Putin subrayó que no ha mantenido comunicación con Trump en más de cuatro años, pero está abierto a negociar en cualquier momento si el mandatario estadounidense lo desea.
La guerra en Ucrania como eje de las conversaciones
En su encuentro anual con la nación, en el que responde a preguntas de ciudadanos y prensa, Putin destacó que Rusia está avanzando hacia los principales objetivos de su “operación militar especial” en Ucrania. Aunque afirmó que las fuerzas rusas están logrando importantes avances, señaló que Moscú está dispuesto a negociar un acuerdo de paz, siempre y cuando las conversaciones reconozcan las “realidades sobre el terreno”. Estas incluyen el control ruso de una quinta parte del territorio ucraniano y la exigencia de que Ucrania renuncie a sus aspiraciones de unirse a la OTAN.
Por su parte, Trump ha prometido poner fin al conflicto incluso antes de asumir su mandato, programado para el 20 de enero. Sin embargo, no ha revelado detalles concretos sobre cómo persuadiría a ambas partes para alcanzar un acuerdo. Trump ha insinuado que tanto el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, como Putin deben estar dispuestos a comprometerse, aunque pareció minimizar el valor de los territorios ocupados por Rusia desde la invasión de febrero de 2022.
Aunque ambos líderes han mostrado cierta disposición hacia el diálogo, persisten diferencias fundamentales. Putin descartó la posibilidad de un alto el fuego inmediato y afirmó que Rusia no hará concesiones territoriales importantes. Además, enfatizó que las fuerzas rusas continuarán presionando hasta que logren sus objetivos estratégicos en el campo de batalla.
Mientras tanto, Trump, conocido por sus habilidades negociadoras, enfrenta el desafío de encontrar un equilibrio entre las demandas rusas y ucranianas. Su intención de mediar en el conflicto contrasta con la renuencia de Putin a ceder terreno estratégico o permitir que Ucrania mantenga sus ambiciones occidentales. El ruso ha declarado en repetidas ocasiones que está abierto al diálogo y a la negociación de paz, pero que la contraparte debe estarlo también; también ha acusado a Ucrania de romper un principio de acuerdo por influencia de la OTAN, lo que podrían haber ahorrado muchas pérdidas.
El impacto de la guerra en Ucrania
La invasión rusa, que comenzó en 2022, ha dejado decenas de miles de muertos y millones de desplazados, convirtiéndose en la mayor crisis en las relaciones entre Moscú y Occidente desde la Crisis de los Misiles de 1962. Mientras las fuerzas rusas avanzan, Putin afirmó que el conflicto ha fortalecido a Rusia, desestimando las afirmaciones de que el país se encuentra en una posición debilitada.
En el ámbito económico, el líder ruso reconoció que la economía muestra signos de sobrecalentamiento, con una inflación preocupantemente alta. A pesar de estos desafíos, Moscú se mantiene firme en su estrategia militar y en su búsqueda de consolidar los territorios ocupados.
En el terreno bélico y militar, Vladimir Putin se ha referido al misil balístico Oreshnik, que ha definido como un arma “de última generación”, aunque basado en logros anteriores. Explicó que se trata de un misil que puede alcanzar objetivos a más de 5000 kilómetros de distancia y que, si existen dudas sobre su capacidad, Occidente podría seleccionar un objetivo en Kiev para su destrucción, concentrar allí su defensa aérea e intentar interceptar el ataque; Putin asegura que eso no es posible, que Oreshnik no puede ser interceptado por ningún sistema de defensa occidental.
Siria y otros desafíos
Además del conflicto en Ucrania, Putin también abordó temas relacionados con la influencia rusa en el Medio Oriente. Confirmó que no ha hablado con el expresidente sirio Bashar al-Assad desde su derrocamiento y anunció planes para dialogar con los nuevos líderes en Damasco sobre el futuro de las bases militares rusas en la región. Estas instalaciones son clave para las operaciones de Moscú en el Mediterráneo y en África.
El presidente ruso también se refirió a sus buenas relaciones con Xi Jinping, al que ha definido como “amigo” y ha asegurado que las relaciones entre Rusia y China están en un “nivel sin precedentes”, nunca antes visto en la historia. Para refrendarlo, Putin ha citado el volumen de comercio e inversión entre ambos países y ha asegurado que basan sus relaciones en la “confianza mutua”.