Vladimir Putin podría estar dispuesto a negociar un acuerdo de alto el fuego en Ucrania si Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, actúa como mediador, según publica Reuters en exclusiva. Sin embargo, cinco fuentes cercanas al Kremlin confirman al medio que cualquier negociación estaría condicionada a que Ucrania abandone sus aspiraciones de ingresar en la OTAN y acepte una serie de concesiones territoriales y políticas.
Un escenario de predominio ruso
El retorno de Trump a la Casa Blanca coincide con un momento de clara ventaja militar para Rusia. Moscú controla actualmente cerca del 18% del territorio ucraniano, incluidas amplias áreas de las regiones de Donetsk, Lugansk, Zaporizhia y Jerson, además de Crimea, anexionada en 2014. Este dominio territorial, equivalente al tamaño del estado de Virginia en EE. UU., posiciona a Rusia en un lugar estratégico para negociar desde la fortaleza.
Fuentes cercanas al Kremlin han revelado que Rusia podría aceptar congelar el conflicto en las líneas del frente actuales. Sin embargo, cualquier acuerdo requeriría el reconocimiento formal de su control sobre la mayoría del territorio ocupado, además de la neutralidad permanente de Ucrania.
Líneas rojas y puntos de negociación
Aunque Moscú reclama la totalidad de las cuatro regiones del este de Ucrania, sus fuerzas controlan entre el 70% y el 80% del territorio en esas áreas, mientras que pequeñas porciones siguen bajo control ucraniano. Dos funcionarios indicaron que Rusia podría estar dispuesta a ceder áreas menores en las regiones de Jarkov y Mykolaiv. No obstante, Putin ha subrayado que cualquier acuerdo debe reflejar las “realidades” sobre el terreno, es decir, la consolidación de su control en las zonas ocupadas.
El Kremlin también ha planteado que Ucrania debería limitar el tamaño de sus fuerzas armadas, garantizar derechos lingüísticos para los rusoparlantes y aceptar garantías de seguridad que excluyan la presencia de tropas de la OTAN en su territorio.
El impacto de los misiles ATACMS
La reciente autorización de Joe Biden para que Ucrania utilice misiles ATACMS contra objetivos en territorio ruso ha añadido una capa de complejidad a cualquier posible acuerdo. Moscú considera esta medida como una escalada peligrosa y ha endurecido su postura en las negociaciones. Según el Kremlin, este tipo de ataques refuerza las posiciones de los sectores más duros en Rusia, que presionan por una mayor expansión territorial en Ucrania.
La postura de Trump y el desafío diplomático
El equipo de Donald Trump ha asegurado que el presidente entrante buscará negociar una paz duradera. Sin embargo, Trump no ha detallado cómo reconciliaría las demandas opuestas de Moscú y Kiev.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, ha dejado claro que Ucrania no aceptará nada menos que la recuperación de todo su territorio soberano, incluyendo Crimea, una meta que altos mandos militares de Estados Unidos consideran extremadamente ambiciosa.
Un legado en juego
En el plano interno, Putin podría presentar un acuerdo de alto el fuego que consolide la mayor parte de las regiones ocupadas como una victoria, argumentando que ha protegido a los rusoparlantes y garantizado el acceso terrestre a Crimea. Sin embargo, cualquier concesión adicional podría ser vista como una señal de debilidad tanto por los sectores más radicales dentro de Rusia como por los países occidentales que apoyan a Ucrania.
En el escenario internacional, un acuerdo exitoso requeriría que las grandes potencias, incluidos los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, otorguen garantías de seguridad a Ucrania. Según expertos cercanos al Kremlin, el reto será diseñar un pacto que evite futuras confrontaciones directas entre Rusia y Occidente.