Lo sucedido en los últimos días alrededor de la figura de Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno de España, debe hacernos reflexionar sobre la necesidad de una profunda renovación democrática en nuestro país; y no es porque no exista un entorno democrático, pero sí porque toca defenderlo de una manera más fuerte y más potente.
Las instituciones públicas no pueden estar al servicio de un partido ni de una persona: deben estar al servicio de los ciudadanos. Con un bien por encima de todos: la igualdad ante la ley. Todos iguales. Y en los últimos días parece que los dos principios pueden resquebrajarse definitivamente. El de las instituciones ya lleva mucho tiempo siendo tomado y utilizado, y los ciudadanos no hemos sabido responder al ataque y a la toma por parte de los poderes públicos.
La necesidad de la separación de poderes es el elemento fundamental sobre el que se basa la democracia y parece que se le ha olvidado a más de un dirigente. En la sociedad del espectáculo, los políticos han cambiado la política con mayúsculas por la política del Gran Hermano. Y así nos ha ido. Todo es un argumento que se juega por parte de los partidos para identificar la democracia con sus propios intereses. Es un ataque a la democracia, es un ataque al sistema, es un ataque a… Cuando lo que están haciendo es decir que ellos son la democracia, el sistema y el…
Debe acabar ya el enfrentamiento y el aire irrespirable en la política de nuestro país. Esto ha llegado demasiado lejos. Ni pseudoperiodistas ni pseudomedios ni pseudopartidos. Son ciudadanos que no piensan igual. La base de la democracia.
Y, o respetamos las opiniones de todos o caminaremos hacia un sistema que no respeta las libertades, sino que las cercena en interés propio. Los políticos deben dejar el ego, el espejito, espejito, quién es el mejor, y ponerse al servicio de los ciudadanos. O es ahora o será demasiado tarde cuando queramos ver la cantidad de libertad y de calidad democrática que se haya perdido. Siempre por la culpa de entender que la democracia es uno mismo y no el conjunto del país.
Buen día y buen negocio.