La economía española crece un 2% en el tercer trimestre del año. Según el avance del Instituto Nacional de Estadística, es un crecimiento importante en el contexto de recuperación de la pandemia, pero el dato se queda corto para lo que se podía esperar del periodo entre julio y septiembre, caracterizado por el levantamiento de las restricciones, la temporada de verano y la campaña de vacunación.
Ayer conocíamos una EPA positiva, que nos muestra un buen comportamiento del mercado laboral. Sin embargo, esta reactivación no concuerda con el consumo de los hogares, que retrocede un 0,5% en este periodo, incluso a pesar del empuje del turismo y el sector servicios.
Los problemas en algunas cadenas de suministros y la escalada de la inflación pueden estar mermando las ventas y la capacidad de compra. No se está produciendo, por tanto, el despegue del consumo esperado y el ahorro sigue embalsado tras la pandemia.
Esta lentitud en la recuperación también se aprecia en la variación interanual del PIB. Se sitúa en el 2,7%, frente al 17,5% del trimestre precedente.
Por sectores, la industria crece un 2% y la construcción un 1,8% después de varios trimestres en negativo. El sector servicios crece un 3,2%, donde destacan los avances de transporte y hostelería y las actividades artísticas y recreativas.
Las exportaciones rebotan un 6,4%, frente al 0,7% de las importaciones. La inversión repunta un 2% y el consumo público apenas suma un 0,1%.
En cualquier caso, la economía sigue lejos de los niveles previos a la pandemia y se complica que el Gobierno alcance sus previsiones. A pesar de las continuas rebajas de previsiones, el Ejecutivo mantiene en los PGE un crecimiento del PIB del 6,5% para este año y una aceleración al 7% en 2022.
La patronal CEOE ha advertido este viernes, tras conocer los resultados del PIB del tercer trimestre, que la reactivación de la economía española está siendo menos intensa de lo esperado y que alcanzar los niveles precrisis puede retrasarse a 2023.