MADRID, 23 (EUROPA PRESS)
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha apelado a avanzar hacia sistemas alimentarios más sostenibles e integradores desde la producción primaria hasta el consumidor final, pero que tengan en cuenta la rentabilidad de las explotaciones, “ya que sin rentabilidad no hay sostenibilidad”.
En concreto, el titular de Agricultura ha realizado estas declaraciones durante su participación en la Conferencia de Alto Nivel sobre la investigación en agricultura, que se ha celebrado en el marco del Salón Internacional de Agricultura de Marruecos (SIAM), donde ha reconocido el esfuerzo de las empresas y centros de investigación para incorporar las nuevas tecnologías al conjunto de la cadena alimentaria.
“Los países tenemos la obligación de dar una respuesta común a un desafío compartido, como son los efectos derivados del cambio climático, y adaptarnos a esta situación de menor pluviometría y mayores temperaturas”, ha subrayado.
El titular de Agricultura ha recordado que el Sur de Europa y el Norte de África sufren los mismos problemas como consecuencia del cambio climático, en especial la sequía. “Tenemos ante nosotros no solo la necesidad, sino una oportunidad de afrontar este problema a través de una cooperación más estrecha”, ha indicado.
Planas ha recalcado que el nivel de inversión en investigación y desarrollo en España ha crecido por octavo año consecutivo. Así, el sector agroalimentario español invierte cerca de 909 millones de euros al año en I+D, sumando las aportaciones del sector primario, la industria, la administración pública y las universidades, con un aumento del 8,5% respecto a 2021. El Gobierno quiere marcar una senda de financiación pública de la I+D+i estable y creciente, con el objetivo de que en 2030 alcance el 1,25% del Producto Interior Bruto.
INVESTIGACIÓN Y SEGURIDAD ALIMENTARIA
Planas ha insistido en el papel que juegan la investigación y la innovación para hacer frente a los retos de futuro del sector agrario, entre los que se encuentra el cambio climático, que pone en riesgo la seguridad alimentaria de la población.
Para hacer frente a este fenómeno, el titular del ramo ha señalado la necesidad de reducir el impacto de la agricultura y la ganadería sobre el clima, a través de sistemas agroalimentarios más sostenibles.
En este sentido, ha afirmado que las nuevas técnicas de edición genómica son una herramienta clave para hacer frente a los efectos del cambio climático y también para ganar en competitividad, ya que permiten obtener plantas con mayor capacidad de adaptación a fenómenos climáticos adversos y más resistentes a plagas y enfermedades, además de ampliar la vida útil de los alimentos.
También ha indicado que la innovación permite introducir mejoras vegetales en determinadas especies, como la tolerancia al estrés hídrico o variaciones en el momento de la floración, que facilitan la adaptación a los desafíos ambientales.
Otro factor determinante para el futuro de la agricultura está ligado a la investigación para el aprovechamiento del agua, a través de la utilización de aguas no convencionales, la digitalización de los sistemas de regadío, el aumento de la eficiencia energética y la agricultura de precisión.