Defiende la cooperación entre política fiscal y monetaria para escapar de la ‘trampa de liquidez’ de las economías avanzadas
MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
El Banco Central Europeo (BCE) considera “limitado” el riesgo de que se materialicen efectos de segunda ronda que conviertan en estructural el repunte temporal de la inflación, según ha señalado Fabio Panetta, representante italiano en el directorio de la entidad.
“El riesgo de efectos de segunda ronda sigue siendo limitado, ya que aún no se dan las condiciones para que surjan”, ha indicado Panetta, subrayando la relación entre la evolución de la inflación subyacente y los salarios, por lo que un cambio ascendente sostenido requerirá mercados laborales mucho más ajustados.
En este sentido, ha defendido que, para que esto suceda, la demanda deberá mantenerse lo suficientemente boyante incluso después de que la oferta se normalice, algo que parece mucho menos probable que ocurra en la zona euro que en Estados Unidos.
“La probabilidad de que la demanda en la zona del euro sea lo suficientemente fuerte como para poner a prueba las restricciones de oferta de la economía, más allá de los cuellos de botella a corto plazo, no parece tan alta como en los Estados Unidos”, ha reconocido.
De hecho, el italiano ha advertido de que no está claro hasta qué punto durará el aumento de la demanda una vez que se reabra la economía, añadiendo que el ahorro acumulado se concentra entre las personas mayores y más ricas, menos propensas a gastar, por lo que, aunque la tasa de ahorro de la eurozona se normalizará, “no se prevé un gran desahorro”.
Asimismo, Panetta ha señalado que, incluso teniendo en cuenta el estímulo fiscal planificado, es probable que la holgura de la economía siga siendo considerable durante algún tiempo y no se espera que el desempleo vuelva a su nivel anterior a la crisis hasta finales de 2023.
“Este no fue un nivel que generase fuertes presiones salariales antes de la pandemia”, ha añadido Panetta. “Por lo tanto, no parece que vayamos por buen camino para hacer que la economía se caliente”, ha apostillado.
De este modo, el ejecutivo del BCE ha defendido la importancia de que la política monetaria y fiscal continúen interactuando más allá del periodo excepcional de la pandemia, especialmente en un entorno de tipos de interés estructuralmente bajos, lo que ofrece la oportunidad de escapar de la persistente “trampa de liquidez” que afecta a las economías avanzadas.
“Esto no viola el principio de predominio monetario. De hecho, es la forma de garantizar la permanencia de un régimen de estabilidad de precios y disipar las expectativas pesimistas que podrían paralizar la eficacia de la política monetaria”, ha apuntado.
En este sentido, ha defendido que, según las simulaciones del BCE, cuando el banco central estaba aumentando la inflación con sus compras de activos a partir de 2015, la política fiscal no fue de apoyo en este sentido ya que si hubiera actuado de manera anticíclica o, mejor aún, “con paciencia”, manteniendo el apoyo más allá del cierre de la brecha del producto, la inflación podría haber estado más cerca de la meta del 2%.