Axel Botte, responsable de Estrategias de Mercados de Ostrum AM (Natixis IM)
Los resultados de Nvidia no decepcionaron, pero los mercados bursátiles están preocupados por una prolongación del statu quo monetario.
Es raro que los resultados de una empresa eclipsen una publicación de la Fed. Sin embargo, ese fue el caso la semana pasada con la publicación de Nvidia, que eclipsó las actas del FOMC del 1 de mayo. El repunte del PMI estadounidense vuelve a centrar la atención en la política monetaria. Reaparece la presión alcista sobre los rendimientos de los bonos, en particular sobre el rendimiento a 2 años, que vuelve a acercarse al umbral del 5%. El aumento de los salarios en la zona euro –4,7% en el primer trimestre de 2024– también complicará la comunicación del BCE el 6 de junio, tras anunciar una bajada de tipos. Los diferenciales, tanto de la deuda soberana como del crédito, se mantienen estables en niveles cercanos a los mínimos del año. El high yield sigue beneficiándose de la búsqueda de rentabilidad. El efecto Nvidia, cuya cotización se ha triplicado en un año, se desvanece, y los valores de pequeña capitalización, como el S&P, retroceden en la semana. La bolsa europea se queda rezagada.
En los mercados financieros, el Bund a 10 años ha alcanzado el nivel del 2,60% (+8 pb en cinco sesiones), mientras que el T-note sigue rondando el 4,50%. El mercado europeo parece incluso sobrerreaccionar al PMI de servicios estadounidense. El Schatz sube hasta el 3,10%. Esto es sin duda una señal de que el mercado duda de una disociación de las políticas monetarias si la Fed deja su tipo en el 5,50% durante más tiempo. La inversión de las curvas de rendimiento se acentúa a medida que aumentan los rendimientos reales. El diferencial a 2-10 años cotiza por debajo de -50 pb en la zona euro y -46 pb en Estados Unidos.
Los diferenciales de la deuda soberana se mantienen sin cambios a pesar de la evolución de los tipos sin riesgo. Las nuevas emisiones siguen respondiendo a una fuerte demanda, con primas de rendimiento reducidas. Los diferenciales swap a 10 años caen por debajo de 30 pb.
En cuanto al crédito, los diferenciales contra swap en investment grade se mantienen estables en 77 pb. El sector financiero tiende a obtener mejores resultados, gracias a las subordinadas. Por extensión, las deudas más arriesgadas calificadas como high yield se contraen frente al investment grade. Los derivados de crédito confirman la vuelta a la compresión con un cruce en torno a 290 pb.
Los mercados de renta variable retroceden en Europa (-1%). Los factores de calidad y crecimiento baten al mercado en detrimento de las pequeñas capitalizaciones (-1,5%). En Estados Unidos, los sectores sensibles a los tipos a largo plazo reaccionaron como se esperaba, a pesar de la excepción de Nvidia que arrastra a la tecnología a su estela.