El fabricante estadounidense de microchips y tarjetas gráficas Nvidia logró en su tercer trimestre fiscal, finalizado en octubre, un beneficio neto de 19.309 millones de dólares, cifra que supone incrementar en un 109% las ganancias del mismo trimestre del ejercicio anterior, según ha informado la empresa tecnológica.
Los ingresos de Nvidia entre agosto y octubre sumaron un récord de 35.082 millones de dólares, un 93,6% más que un año antes, lo que supone una nueva desaceleración respecto del crecimiento interanual de las ventas de la multinacional desde el 122% del trimestre anterior, así como del 262% del primer trimestre del ejercicio fiscal en curso y respecto del aumento del 265% observado del último trimestre del anterior ejercicio fiscal.
Nvidia prácticamente ha triplicado su valor en Bolsa en lo que va del año, ganando más de 2,2 billones. La compañía tiene una capitalización bursátil de más de 3,5 billones de dólares, con la que ha dejado atrás a Apple y Microsoft. Las unidades del negocio centradas en videojuegos, visualización profesional y automatización y robótica también han acumulado fuerza, creciendo con ritmos que van del 15% al 72% interanual.
Sin embargo, la firma cae este jueves un 2% en las operaciones posteriores al cierre de Wall Street ante las “limitaciones de oferta” del chip Blackwell, su último producto diseñado para los sistemas de inteligencia artificial.
Nvidia y su futuro brillante en la inteligencia artificial
“La era de la IA está en pleno auge, impulsando un cambio global hacia la computación Nvidia”, señaló el fundador de la empresa, Jen-Hsu Huang, en la nota de prensa que acompaña los resultados del grupo, que han superado con creces las expectativas de los analistas.
El epicentro de su actividad en inteligencia artificial ha aumentado los ingresos de la empresa y más del 50% de estas ventas provino de los grandes grupos tecnológicos proveedores de servicios de computación en la nube, como Azure, de Microsoft; AWS, de Amazon, y Google Cloud, de Alphabet. En este sentido, un punto relevante de la presentación es el referido a la producción del nuevo chip de IA de la compañía, basado en la arquitectura Blackwell de última generación.
El gigante tecnológico, experto en producción y procesamiento de unidades gráficas y de chips, que recuperó durante el mes de octubre el título de empresa más valiosa del mundo -que ya había conquistado brevemente el pasado junio-. Sin embargo, ha acompañado estos favorables datos de una previsión de ingresos en su cuarto trimestre fiscal de uno 37.500 millones, aunque con un margen de error al alza o a la baja del 2%. Esto supone que, en el peor de los casos, Nvidia cree que podría incumplir el pronóstico medio del consenso (37.100 millones). Este hecho ha motivado que la primera reacción de la cotización del grupo en el mercado haya sido a la baja, ya que los inversores están acostumbrados a que Nvidia vaya muy por delante de las previsiones del propio mercado.
A lo largo del año, la empresa informó sobre retrasos en el proceso de fabricación, inicialmente atribuidos a un fallo de diseño. Más recientemente, explicó que los servidores estaban experimentando problemas de sobrecalentamiento, lo que ha generado inconvenientes en el suministro a clientes que dependen del producto para desarrollar sus propios centros de datos. Ahora, Nvidia ha explicado que los envíos de este nuevo superchip se iniciarán durante el último trimestre del año fiscal y augura que la demanda superará la producción durante varios trimestre del próximo ejercicio.
Se espera que las políticas arancelarias de Trump también afecten al sector de la IA, debido a la amenaza que supone para la cadena de suministro proveniente de China, de la que Nvidia se nutre especialmente para la fabricación de sus chips.