Primero fue Volkswagen, luego BMW, y ahora el sector bancario. Alemania está viendo cómo se diluye su control sobre uno de sus bancos más emblemáticos: Commerzbank. UniCredit ha comprado el 9% y no se conforma con eso, quiere más. Lo sorprendente es que Olaf Scholz, el canciller de Alemania, no sabía nada de esta operación. Un banco de importancia nacional está siendo adquirido en silencio, sin que se avise siquiera al presidente. Esto es un reflejo claro de cómo las grandes corporaciones están ganando terreno en la economía alemana y, de manera preocupante, no parece haber una estrategia clara desde el Gobierno para frenarlo o gestionarlo.
Aún más alarmante es que esta compra puede ser solo el inicio de una concentración bancaria en Europa. Financial Times publicó un gráfico que ilustra cómo los grandes bancos europeos están perdiendo terreno frente a gigantes como JP Morgan en Estados Unidos. Si sumáramos los 10 principales bancos europeos, apenas alcanzarían a competir con uno solo de los grandes bancos estadounidenses. Esto deja clara la necesidad de una concentración bancaria en Europa, no solo para hacer frente a la competencia internacional, sino también para poder expandir nuestras economías. Si queremos impulsar algo como el Plan Draghi, la consolidación de los mayores bancos europeos es, sin duda, el camino a seguir.
Por otro lado, en Estados Unidos, los datos de inflación se mantienen en un 2,5%, lo cual a primera vista parece un resultado positivo. Sin embargo, si observamos la inflación subyacente (Core), el panorama cambia. Excluyendo alimentos y energía, donde el petróleo está por debajo de los 70 dólares, vemos que el resto de componentes sigue aumentando, con un incremento del 0,3%, una décima más que el mes anterior. Si ignoráramos la inflación subyacente, la Reserva Federal podría bajar las tasas en 50 puntos básicos. Pero dada esta situación, lo más probable es que opten por una reducción más moderada de 25 puntos, similar a lo que se espera del BCE. Aunque la inflación general parece estar cediendo, la subyacente sigue siendo una amenaza latente.
Mientras tanto, en el frente geopolítico, Antony Blinken, el secretario de Estado de Estados Unidos, y su homólogo del Reino Unido han visitado Kiev para discutir el uso de armas de largo alcance suministradas por Occidente. Ucrania está pidiendo a sus vecinos, como Polonia, que ayuden a derribar misiles y drones rusos dirigidos a sus territorios. El presidente Zelensky ha sido claro: la victoria de Ucrania depende del apoyo de Estados Unidos y sus aliados, y está trabajando para consolidar un plan de paz que se presentará en la Asamblea General de la ONU. Pero este apoyo no está exento de riesgos. Rusia ha advertido que permitir el uso de estas armas podría llevar a una escalada mayor del conflicto. Además, Moscú sigue negando las acusaciones de que esté recibiendo armamento de Irán.
En resumen, tanto en el ámbito económico como en el geopolítico, estamos viviendo momentos decisivos. En Europa, el futuro de la banca pasa por la consolidación, si queremos competir a nivel global. Y en el frente internacional, el conflicto en Ucrania sigue dependiendo de las decisiones que se tomen en Washington y en otras capitales clave. Los próximos meses serán críticos en ambos frentes.