Israel Katz se convirtió formalmente en ministro de Defensa de Israel este viernes, después del reciente despido de su predecesor, Yoav Gallant. La ceremonia de toma de posesión se celebró en presencia del personal del Foro del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y del ministerio, y durante la misma Katz reafirmó su compromiso con las fuerzas armadas, prometiendo que se asegurará de que estas tengan la capacidad de “hacer frente a los desafíos que deben ser abordados con toda su fuerza”, según expresó en un breve discurso posterior al acto.
El nuevo ministro de Defensa también delineó los principales objetivos de su gestión, subrayando la necesidad de frenar la agresión iraní, desmantelar a Hamás como fuerza gobernante y militar en Gaza, y derrotar a Hezbolá en Líbano. Katz, quien hasta este martes se desempeñaba como ministro de Relaciones Exteriores, cuenta con una extensa trayectoria política y su nombramiento se produce en un contexto de alta tensión debido a las ofensivas en curso en Oriente Medio.
La destitución de Yoav Gallant fue anunciada este martes por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien explicó que la decisión fue consecuencia de una erosión en su confianza en el exministro durante los últimos meses. Netanyahu destacó que Katz liderará ahora la cartera de Defensa en un momento crítico para la seguridad nacional.
Por su parte, Gallant confesó sentir “dolor” por dejar su puesto antes de haber logrado el regreso de todos los rehenes, aunque también expresó orgullo por sus logros como ministro. Durante un discurso horas después del anunció de Netanyahu, Gallant afirmó que una “oscuridad moral” había caído sobre Israel. También explicó que estaba siendo despedido por tres razones. La primera fue su oposición a un proyecto de ley “corrupto” promovido por el primer ministro para eximir a los haredim del servicio de la FDI.
La segunda razón fue un acuerdo de rehenes, del cual Gallant dijo que era “posible” aunque con “algunas dolorosas concesiones”, pero que las FDI serían capaces de hacerle frente. Y la tercera razón fue la negativa de Netanyahu a formar una Comisión Nacional de Investigación sobre los eventos del 7 de octubre, algo que Gallant argumentó que era necesario para que la verdad pudiera “ver la luz”.
El revelo en el Ministerio de Defensa generó fuertes críticas entre la oposición y desató manifestaciones con miles de participantes. Los principales medios israelíes interpretan la decisión de Netanyahu como un intento de consolidar su poder sobre el país en un momento de creciente tensión externa e interna.