Las acciones en Japón se desplomaron al inicio de la jornada del lunes, marcando una caída significativa en los principales índices bursátiles del país; mientras, los mercados de valores en China extendieron su repunte gracias al impacto positivo de las medidas de estímulo económico anunciadas la semana pasada por el gobierno de Beijing.
El índice de referencia japonés, Topix, cayó un 3,1%, reflejando el nerviosismo de los inversores tras el nombramiento de Shigeru Ishiba como el próximo primer ministro de Japón por parte del Partido Liberal Demócrata. La incertidumbre política generada por este cambio de liderazgo en el país ha tenido repercusiones inmediatas en los mercados financieros. En paralelo, el índice Nikkei 225, otro de los principales indicadores del mercado japonés, sufrió una caída aún más pronunciada, con una pérdida del 4,2% al inicio de la sesión.
El mercado japonés también experimentó un leve debilitamiento de su moneda. El yen japonés se deslizó a ¥142,4 por dólar, lo que, si bien no representa una caída dramática, es un reflejo de las tensiones en torno a la situación política y económica del país. Este debilitamiento del yen tiene un efecto mixto: por un lado, favorece a los exportadores japoneses al hacer sus productos más competitivos en el extranjero, pero, por otro lado, aumenta los costos de importación, en un contexto donde las presiones inflacionarias globales ya son un desafío.
El repunte de los mercados chinos continúa impulsado por los estímulos
Mientras Japón lidia con la incertidumbre política, el panorama es más optimista en los mercados chinos, que continúan mostrando signos de recuperación tras los anuncios de estímulos económicos realizados por Beijing la semana pasada. El índice CSI 300, que agrupa a las principales empresas que cotizan en las bolsas de Shanghái y Shenzhen, subió un notable 3,8% en la jornada del lunes, lo que refleja la renovada confianza de los inversores en la economía china a pesar de los desafíos que enfrenta el país.
Este repunte de los mercados bursátiles en China se produjo a pesar de los datos decepcionantes sobre la actividad fabril en el país, que mostró una caída en septiembre. Según el índice oficial de gerentes de compras (PMI) del sector manufacturero, la lectura fue de 49,8 en septiembre, apenas por encima de la previsión de Reuters de 49,5 y la lectura de 49,1 registrada en agosto. Cualquier cifra por debajo de 50 en este índice sugiere una contracción de la actividad manufacturera, lo que subraya los desafíos que enfrenta la economía china en la recta final del año.
El PMI manufacturero de Caixin, que se centra más en las pequeñas y medianas empresas privadas, también arrojó resultados decepcionantes, con una lectura de 49,3, por debajo de las expectativas de los analistas, que habían pronosticado un nivel de 50,5. Estos datos ponen en relieve las dificultades que enfrenta el sector manufacturero chino, un pilar fundamental de la economía del país.
A pesar de estos indicadores económicos poco alentadores, los mercados financieros chinos se beneficiaron del impulso que las medidas de estímulo del gobierno han tenido en la confianza de los inversores. El índice Hang Seng de Hong Kong también se unió al optimismo, registrando un aumento del 1,5% en la sesión del lunes, lo que subraya el impacto positivo de las recientes políticas económicas en los mercados de la región.
Los estímulos de Beijing y el objetivo de crecimiento del 5%
La semana pasada, las autoridades chinas anunciaron una serie de medidas de estímulo para apoyar la debilitada economía del país. Estas acciones forman parte de los esfuerzos del gobierno para asegurar que la economía china alcance su objetivo de crecimiento anual del 5%, una meta que se ha vuelto cada vez más desafiante debido a la persistente debilidad en la demanda interna, la desaceleración del sector inmobiliario y las presiones externas derivadas de las tensiones comerciales y geopolíticas.
El paquete de estímulos incluye iniciativas para fomentar el consumo interno, apoyar a las empresas privadas y estimular la inversión en infraestructuras, con el fin de dinamizar sectores clave de la economía. Si bien la recuperación económica de China ha sido desigual, estas medidas han sido bien recibidas por los inversores, que esperan que contribuyan a revitalizar el crecimiento en los próximos meses.
Además del sector manufacturero, el sector de servicios también mostró signos de debilidad. El PMI no manufacturero oficial de China, que incluye tanto el sector de servicios como el de la construcción, registró una lectura de 50, lo que indica una estabilidad en la actividad, pero sin señales claras de crecimiento. Por su parte, el PMI de servicios de Caixin fue ligeramente más bajo, con un nivel de 50,3, frente al 51,6 registrado en agosto, lo que sugiere que el crecimiento del sector servicios se ha desacelerado.
En conclusión, el contraste entre los mercados de Japón y China refleja las tensiones y oportunidades que dominan el panorama económico global. Mientras los mercados japoneses caen ante la incertidumbre política, China sigue mostrando una relativa fortaleza impulsada por sus recientes medidas de estímulo. Sin embargo, las dificultades económicas subyacentes en ambas naciones sugieren que los desafíos están lejos de terminar, lo que probablemente mantendrá la volatilidad en los mercados en las próximas semanas.