La eurozona se enfrenta a un posible estancamiento económico. Tras el impulso temporal que experimentó Francia debido al “efecto olímpico”, el panorama general se ha deteriorado. En septiembre, el índice PMI compuesto de la zona euro cayó por debajo del nivel que indica expansión, registrando su mayor descenso en los últimos 15 meses. Este indicador, que mide la actividad en los sectores de manufactura y servicios, refleja una notable caída de los nuevos pedidos y una disminución en la cartera de pedidos, lo que augura un debilitamiento adicional en la economía francesa. El PMI manufacturero de la zona euro se sitúa en 44,8 desde el 45,8 anterior y menos que el 45,7 previsto. El PMI de servicios de la eurozona se mantiene en territorio de crecimiento, pero por la mínima: 50,5, frente al 52,9 previo. En conjunto, el PMI compuesto de la región cae a territorio de contracción tras perder más de un punto: 48,9 desde el 51 anterior.
El sector manufacturero, en particular, continúa complicándose. La recesión que afecta a esta industria ya ha alcanzado los 27 meses y ha empeorado en septiembre. Las perspectivas para el futuro no son optimistas, ya que la fuerte disminución de nuevos pedidos y la creciente incertidumbre entre las empresas sobre la producción sugieren que la recuperación aún está lejos.
En Francia, tras un impulso de la actividad empresarial relacionado con los Juegos Olímpicos en agosto, la producción del sector privado galo volvió a la contracción en septiembre, uniéndose a Alemania, donde el ritmo de descenso de la actividad fue el más pronunciado desde febrero.
En este contexto, se espera que la economía de la eurozona enfrente más desafíos en los próximos meses.