MADRID, 29 (EUROPA PRESS)
Los tipos de interés de las tarjetas revolving se han reducido desde el 22,84% de enero al 18,88% TAE de media actual debido a la rebaja progresiva de la comisión de emisión aplicada por la Visa Diamond Infinite Credit de Openbank, según el IV Barómetro sobre este tipo de tarjetas.
La asociación explica que esta tarjeta se comercializaba hasta finales de 2020 con una comisión de 125 euros y se ofrecía gratis el primer año, “lo que permitía a la entidad no incluirla para el cálculo de la TAE, pese a ser obligatorio”.
Sin embargo, en diciembre, esta entidad incluyó una nota indicando la TAE a partir del segundo año. “Actualmente continúan incluyendo en la TAE el coste de la comisión que, eso sí, ha pasado a ser de 55 euros, lo que ha impactado a la baja en la media del mercado”, afirma Asufin.
Por otro lado, la asociación sostiene que las tres tarjetas revolving más caras del mercado, Tarjeta Después Oro de BBVA con una TAE de 27,49%; Tarjeta Después de BBVA, con un 25,41%; y Visa Diamond Infinite de OpenBank, con el 23,26%. Además, serían las únicas que también cobrarían comisiones de emisión: 80 euros, 43 euros y 55 euros, respectivamente.
En cuanto a los tipos nominales, pasan del 16,71% al 16,49% actual, si bien la asociación afirma que otras vías de cobro están ganando en importancia, como son las comisiones de emisión. “De hecho, en otros segmentos de tarjetas, como las de débito, ya están subiendo” este tipo de comisiones.
Así, el barómetro prevé que, a pesar de que solo tres están cobrando esta comisión de emisión, otras tartejas también repercutan este coste a los clientes en el futuro, “con lo que su TAE se elevaría por esta vía y no tanto por sus intereses nominales”.
Asufin recuerda que la sentencia 149/20202 del Tribunal Supremo, de 4 de marzo, que tildó de “usurero” el tipo de interés por encima del 20% provocó ajustes en el sector, “pero no suficientes”. “El recorte en los tipos de interés que hemos ido viendo a lo largo del año, se ve compensado por las comisiones y gastos, lo que sigue situando el precio total de estas tarjetas en el entorno de la usura”, asegura la asociación.
Asufin sigue poniendo el foco, no obstante, en la “falta de transparencia del mecanismo de amortización, que lleva al consumidor a pensar, erróneamente, que adquiere una tarjeta de facilidad de pagos cuando en realidad contrata una línea de crédito abierta que le atrapa en una espiral de deuda”, según ha sostenido la presidenta de la asociación, Patricia Suárez.
“No pueden seguir siendo tan sumamente accesibles unas tarjetas que son auténticas bombas de crédito, que permiten disposiciones muy elevadas y pago de cuotas realmente pequeñas; es un peligro para el consumidor”, ha alertado.
La asociación pone como ejemplo que algunas de estas tarjetas permiten una disposición de crédito de 8.000 euros o más. “Una deuda de esa cantidad, y con los tipos medios de interés detectados, del 16,49% nominal y 18,88% de TAE, se pagaría 109,93 euros solo de intereses en el primer mes”.
Si se añaden seguros de protección de pagos, que pueden llegar a cobrar hasta un 0,8% sobre la deuda total no pagada, “el efecto pernicioso se multiplica”, al pagar otros 64 euros en este concepto. Es decir, se realizaría un desembolso de 173,93 euros “sin amortizar nada de capital”.
SIN MODIFICACIÓN EN LA MAYORÍA DE TARJETAS REVOLVING
El resto de las tarjetas revolving, con la excepción de la Visa Proyecto de Abanca, que habría bajado su TAE del 11,99% al 11,85%, no han modificado sus condiciones tras los ajustes realizados entre marzo de 2020 y diciembre de 2020, según el barómetro de Asufin.
Otra diferencia observada por la asociación es la que existe entre la TAE de las tarjetas para compras, del 18,88%, y la que se aplica para disponer de dinero en efectivo, del 23,13%, “lo que muestra el mayor riesgo de este tipo de operaciones”.
Con respecto al global de tarjetas, tomando los últimos datos publicados por el Banco de España –de marzo de 2021–, el diferencial es de solo un 0,97% superior en las revolving cuando era 4,74% en diciembre de 2020.
Si se toman los préstamos a corto plazo de uno a cinco años– el diferencial es de 11,88%, cuando en diciembre de 2020 era de un 21,38%.