MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
Las cadenas minoristas de alimentación europeas están mostrando su capacidad de resistencia ante la subida de la inflación, incluso a pesar de la reducción en volúmenes y márgenes que han registrado, según ha afirmado este lunes S&P Global Ratings en su informe ‘La resiliencia de los minoristas europeos de alimentación ante los shocks operativos’.
“Esto se debe principalmente a que la mayoría de sus productos no son discrecionales y dependen de cadenas de suministro locales”, ha afirmado el analista analista de crédito de S&P, Lukas Brockmann.
“Una fuerte imagen de marca y posiciones de mercado, así como un alto nivel de marcas blancas de supermercados, son también puntos fuertes clave”, ha añadido.
No obstante, los márgenes de los resultados brutos de explotación (Ebitda) de los supermercados son inferiores a los de otros minoristas, con una mediana del 6,6% en 2023. La revalorización se ha visto limitada por la escasez de márgenes y las elevadas necesidades de inversión en renovación de tiendas, expansión de la red, infraestructura informática y logística.
Además, aunque la generación de flujo de caja libre sigue siendo “relativamente sólida”, el desapalancamiento de muchas empresas cotizadas se ve acotado por las expectativas de los accionistas sobre la periodicidad en el reparto de los dividendos y por las recompras complementarias de acciones.
S&P ha anticipado que continuará cierta consolidación “moderada” del mercado, pero a menor escala y a un ritmo más lento, dado que, en general, los minoristas con calificaciones de S&P, especialmente los que están bien capitalizados, ya tienen cuotas de mercado sustanciales.
Entre los quince minoristas de alimentación que califica S&P en Europa, cinco tienen grado de inversión (‘BBB-‘ o superior) y son de los más grandes entre sus homólogos, con fuertes posiciones de mercado y cierta diversificación geográfica. Entre estos están Ahold Delhaize, REWE Group, Carrefour, Tesco y ELO (Auchan).
Las empresas con una presencia regional específica o especializadas en una categoría concreta, como alimentos congelados o frescos, suelen tener calificaciones de grado especulativo de “BB+” o inferiores.
“La elevada proporción (87%) de perspectivas estables a pesar de la continua debilidad de la macroeconomía demuestra la resistencia del sector”, ha subrayado, por su parte, el analista de crédito de S&P, Felix Scheuenstuhl.