El número de desempleados en América Latina y el Caribe ascenderá hasta 28,8 millones de personas en 2022, lo que representa un descenso de 1,3 millones de desempleados en 2021, pero 4,5 millones más que en 2019, según un informe elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
De cumplirse las proyecciones del organismo, Latinoamérica y el Caribe proporcionaría el 13,9% de los desempleados registrados en todo el mundo, que ascenderían a 207 millones de personas.
En 2020, la subregión de América registró una pérdida neta de empleo de aproximadamente 25 millones de personas, de los cuales casi el 82% se tradujo en salidas de la fuerza laboral. Mientras la crisis afectó a todos los sectores económicos, las medidas de contención del virus y las restricciones de movilidad protegieron la reubicación laboral en el empleo informal, los cuales habían sido en crisis previas un mecanismo “clave” de ajuste laboral en la región.
El cierre y la desaparición de millones de micro, pequeñas y medianas empresas sugiere que la recuperación laboral se retrasará en línea con el lento avance de la recuperación económica, lo que probablemente deteriore la calidad del empleo. De hecho, si bien los indicadores macroeconómicos de crecimiento observaron buenos desempeños en 2021, el crecimiento del empleo permanece limitado y ha estado ampliamente ligado al trabajo informal.
El informe sostiene que a finales de 2021 la recuperación del empleo en Latinoamérica y el Caribe permanecía incompleta, con los niveles de formalidad e informalidad por debajo de los registros prepandémicos en la mayoría de países.
La OIT estima que el número total de empleados en 2022 rondará los 460 millones de personas, doce millones más que en 2021 y tres millones menos que en 2019, año previo al estallido de la pandemia.
Con estos datos, la fuerza laboral de la subregión se ubicará en 310 millones de personas para 2022, tres millones más que en 2019.
En lo que respecta a la tasa de desempleo, la previsión apunta a un a tasa del 9,3% en 2022, por debajo de los dos dígitos observados en 2021 (10%) y 2020 (10,1%), pero todavía por encima del 7,9% registrado en 2019. Para 2023, el pronóstico de la OIT apunta a una tasa del 8,8%.
Por otro lado, el número de horas trabajadas en la región equivalentes a trabajos de jornada completo, alcanzaría en 2022 los 374 millones, frente a los 359 millones de 2021 y los 324 millones de 2020. La estimación de 2022 supone dos millones más que la observada en 2019. Para 2023, la OIT proyecta que el número de horas trabajadas se sitúe en 380 millones.