La modalidad de salida a bolsa “spac”, que son empresas de propósito adquisitivo especial, han tomado fuerza en EE. UU., y aunque en España tienen encaje en la normativa, todavía no han despegado, ya que hasta el momento no se han presentado proyectos en firme.
Este nuevo vehículo, que son empresas conocidas como firmas de “cheque en blanco”, captan fondos en el mercado con el objetivo de invertir en una compañía y fusionarse con ella. El resultado sería una nueva entidad cotizada.
La directora General de CMC Markets, Sara Carbonell, explica que estos vehículos “están teniendo éxito”, y ello, por varios motivos como la sencillez para aquellas compañías que quieren cotizar.
Además, añade la analista, este vehículo novedoso, que sobre todo surgió en 2020 durante la pandemia, tiene “nombres bastante reconocidos detrás, con prestigio, lo que les dota un poco más de confianza por parte del mercado”.
La analista calcula que estos vehículos han recaudado entre 40.000 o 50.000 millones de dólares, y que en 2021 este volumen podría incrementarse.
“Continuaremos viendo este tipo de operaciones o salidas a bolsa a través de esta vía el año que viene”, prevé Carbonell, que sobre su aparición en Europa y en España, ha dicho que aunque las tendencias de EE. UU., a largo plazo, se pueden acabar replicando en el Viejo Continente, es un modelo muy americano.
En este sentido, el expresidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Sebastián Albella, ya aseguró hace unos meses que la institución estaba abierta y dispuesta a valorar “con atención e interés” las “spac”, y afirmó que veía factible esta fórmula en España para ayudar a las pymes en su salida al mercado.
El vehículo, según fuentes de la CNMV, “tiene encaje en la normativa”, pero hasta ahora solo se han recibido consultas, y no proyectos en firme.
Al respecto, en declaraciones a Efe, Darío García, de XTB, explica que este vehículo se constituye, en un principio, para que en dos años máximo se complete la adquisición de una compañía o se devuelvan los fondos a los inversores.
“Quizá esta es la principal característica por la que en España no son tan atractivas”, ha añadido el experto, que cree que los plazos de interés para adquirir o fusionarse con una compañía que ya esté en el mercado “es menos probable”.
Y ello teniendo en cuenta que en EE. UU., las compañías salen al mercado con una mayor periodicidad de que lo pueden hacer en Europa o en España.