MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
Las indemnizaciones en el sector agrario se elevó un 37% en el primer cuatrimestre del año, hasta los 225 millones de euros por el impacto de ‘Filomena’ y las heladas de marzo y abril, según datos de Agroseguro.
En concreto, tras los temporales de viento de los primeros días del año, las nevadas y heladas de la borrasca Filomena, con temperaturas de -20 ºC en zonas del interior y -6 ºC en puntos del litoral mediterráneo, incidieron con especial virulencia en Andalucía, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Madrid, Región de Murcia y, en menor medida, en Aragón, Canarias y Navarra.
De esta forma, resultaron dañados cultivos que se encontraban en desarrollo y maduración, como las hortalizas al aire libre de producción invernal y aquellas que se cultivan bajo cubierta, variedades tardías de cítricos, olivar (en este caso por rotura de ramas y daños por helada en madera o en yemas de invierno, cuyos efectos definitivos dependerán de su evolución en los próximos meses), así como en explotaciones ganaderas, por la rotura de cubiertas en sus instalaciones y pérdida de animales.
Por su parte, febrero trajo fuertes vientos por la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia, y a continuación, la entrada de una masa de aire frío por el nordeste peninsular el día 19 de marzo provocó un importante desplome de las temperaturas nocturnas en Andalucía, Aragón, Cataluña, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Extremadura, La Rioja y Región de Murcia, que provocó daños severos en fruta de hueso y en variedades adelantadas de fruta de pepita, que se encontraban en pleno período de floración y cuajado en la mayoría de las zonas de producción.
El almendro también sufrió las consecuencias de las heladas, al estar sus frutos en las primeras etapas de desarrollo, así como la alcachofa, el espárrago, el guisante o la patata.
Mientras que el comportamiento inestable de marzo y abril ha dejado tormentas de pedrisco que afectaron a producciones de frutales de hueso en el sureste de la península, arco mediterráneo y centro peninsular. También se vieron afectados almendros y viñedos.
A un inicio complicado de año se une ahora la incertidumbre que provoca la llegada de la primavera y el verano, cuando las tormentas de pedrisco se vuelven más frecuentes e intensas.