Las acciones asiáticas se estancan y los precios del petróleo retroceden, ya que el lockdown por coronavirus en Shanghái ha despertado el temor sobre la repercusión que vaya a tener en la actividad mundial, y en concreto en las cadenas de suministro que podría aumentar las presiones inflacionistas. El centro financiero de China, con 26 millones de habitantes, ha ordenado a todas las empresas que suspendieran la fabricación o que hicieran trabajar a sus empleados a distancia, en un cierre en dos fases durante nueve días.
La propagación de las restricciones en China, el mayor importador de petróleo del mundo hizo que el Brent se desplomara 3,68 dólares hasta los 116,97 dólares, mientras que el crudo estadounidense cayó 3,30 dólares hasta los 110,60 dólares. Entre tanto, vuelve a arrancar una semana con la mirada puesta en el jueves, cuando se celebrará una reunión de la OPEP+ de la que es poco probable que se decida un aumento de la producción de petróleo a un ritmo más rápido que en los últimos meses. El grupo ha estado aumentando la producción en 400.000 barriles por día cada mes desde agosto para aliviar los recortes realizados cuando la pandemia de COVID-19 golpeó la demanda.
Todo esto en medio de las informaciones de que la crisis bélica entre Ucrania y Rusia podría llevar la inflación al 10% si el conflicto se intensifica. Así, según fuentes, Estados Unidos está considerando otra desmovilización de petróleo de la Reserva Estratégica de Petróleo que podría ser mayor que la venta de 30 millones de barriles a principios de este mes.