MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
El director a escala global de auditoría de KPMG, Larry Bradley, es consciente de que la tecnología avanzada “está llamada a transformar a todas las empresas” y que, en lo referente a su área de trabajo y el análisis de compañías, la Inteligencia Artificial (IA) les “ayudará a encontrar esa aguja en el pajar” en cuanto a la detección de comportamientos anómalos en los distintos conjuntos de datos analizando las transacciones realizadas.
En una entrevista para el portal ‘Tendencias’ de la consultora y recogida por Europa Press, el veterano ejecutivo de la firma, en la que entró hace 40 años y por cuyas manos ha pasado la revisión de grandes multinacionales, se muestra categórico al afirmar que la IA “va a transformar de forma radical la auditoría” y ha concretado que lo hará por el lado de la automatización de procedimientos, lo que “impulsará la calidad” en todas las fases del proceso.
“El cambio radica en que dejamos de establecer reglas y pasamos a buscar excepciones”, remacha Bradley sobre la incorporación de la IA a los procesos de trabajo de su división, lo que a su vez “permitirá a los equipos profesionales a dedicar más tiempo en aquellas áreas de mayor riesgo de la auditoría y mejorar la calidad a través de la capacidad de análisis sobre conjuntos de datos más extensos y complejos”.
En ese sentido, Bradley ha apuntado que en KPMG ya se está aplicando la lección de incorporar la IA en su plataforma interna ‘KPMG Clara’, que es la que utilizan los “miles de equipos de auditoría a nivel global”.
Además, en un ejercicio prospectivo, Bradley dice que “va más allá” y apuesta que, a medida que sus clientes vayan implementando la IA en sus modelos de negocio, les requerirán a las consultoras un ejercicio específico de auditoría sobre esta tecnología utilizada para generar su información.
Asimismo, el ejecutivo ha ahondado en que, en el lado de las auditorías, con la automatización obtienen evidencias y pruebas sobre una gama de transacciones y controles, generando un mayor valor en los informes para el consejo de administración y los gestores, así como un enfoque más dinámico e interactivo en el proceso de auditoría.
“El uso de la tecnología nos está permitiendo analizar datos masivos y detectar valores atípicos o incoherencias con mayor rapidez y, gracias a lo cual, las empresas pueden aprovechar el trabajo de auditoría de manera más eficaz y mejorar así la gestión de riesgos y el control interno, así como los costes”, ha acompasado Bradley.
Por otra parte, Bradley ha aprovechado la entrevista para remarcar que, en la complicada coyuntura por la que navega la economía (geopolítica, crecimiento bajo, elecciones en EEUU, etc.), el ejercicio del auditor se vuelve cada vez más relevante para generar la imprescindible confianza que facilite la toma de decisiones en los mercados de capitales.
Asociado a esto, ha puesto en valor el escepticismo profesional y mentalidad crítica del auditor: “preguntarse si los datos clave son coherentes con el conjunto, no tomar las cosas al pie de la letra sin justificación y dar un paso atrás para ver el panorama general son cualidades fundamentales que deben formar parte del ADN de cada auditor”.
Con todo, ha señalado que han de moverse en un entorno regulatorio “muy estricto” que puede restar atractivo para atraer y mantener talento.
MAYOR IMPORTANCIA DE LOS CRITERIOS ESG
El jefe de los auditores de KPMG ha reseñado que los inversores llevan tiempo demandando a las empresas que la información ESG que divulguen sea más procesable, comparable, fiable y transparente.
“Una información corporativa de calidad es el eje de los mercados de capitales y permite a los inversores tomar decisiones con conocimiento de causa”, ha apuntado Bradley, para seguidamente sostener que la información ESG “debe estar sujeta a la misma calidad y rigor que la información financiera, ya que tendrá un impacto integrado en las decisiones de los inversores”.
En ese sentido, ha considerado que la necesidad de verificar la información ESG abre una nueva vía de oportunidades profesionales para los auditores, en tanto que la actual brecha entre la información financiera y la no financiera (que engloba los criterios ESG) se irá cerrando, si bien también es preciso, según el ejecutivo, adecuar y armonizar el ámbito regulatorio para satisfacer las demandas que los inversores hacen a las compañías.