MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha defendido que el “desafío clave” de la institución en estos momentos es no actuar antes de tiempo ante algunos efectos sobre la inflación que no tienen impacto en el medio plazo.
“El desafío clave es asegurarnos de no sobrerreacionar a ‘shocks’ transitorios de oferta que no tienen peso en el medio plazo, al mismo tiempo que estimulamos las fuerzas positivas de demanda que podrían elevar la inflación de forma duradera hacia nuestro objetivo de inflación del 2%”, ha asegurado Lagarde durante la intervención inicial del Foro sobre Banca Central que organiza anualmente el BCE.
Durante su intervención, la francesa ha explicado que la pandemia y el panorama previo a nivel macroeconómico tienen implicaciones para la inflación tanto al alza como a la baja.
“Venimos de una década de fuertes fuerzas desinflacionarias que han deprimido todo el proceso de inflación. Y aunque la recuperación robusta está apoyando las tendencias de inflación subyacente, lo que estamos viendo ahora es más que nada una fase de inflación temporal ligada a la reapertura”, ha explicado la presidenta del instituto emisor.
En este sentido, Lagarde ha explicado que la elevada tasa de precios observada en la eurozona (del 3% en agosto y con previsión de seguir aumentando en los meses siguientes) se debe a dos factores. Por un lado, es resultado estadístico por la comparación con 2020, cuando la pandemia deprimió precios, especialmente los energéticos, y Alemania recortó el IVA temporalmente. Por otro lado, la banquera central considera que existen “desequilibrios” entre la oferta y demanda en algunos sectores.
“Una vez que los efectos motivados por la pandemia cese, esperamos que la inflación caiga. Los efectos de base deberían desaparecer a principios del año que viene, aunque estamos viendo más incrementos en los precios del petróleo y del gas”, ha alertado.
En todo caso, la exministra gala ha explicado que el impacto de la cadena de suministros en la inflación dependerá de su persistencia y de si se trasladan en subidas de sueldo. “Por ahora, no vemos señales de que el aumento de la inflación se esté volviendo algo generalizado en la economía”, ha agregado. El BCE tampoco aprecia que se esté produciendo un círculo vicioso de aumentos de salarios que produzcan nuevos incrementos de precios.
A nivel de políticas públicas, Lagarde ha señalado que la política fiscal seguirá siendo “importante” para contribuir al aumento de la inflación hacia el objetivo del 2%. No obstante, la banquera central ha adelantado que las transferencias fiscales tendrán que dejar de ser generalizadas para ser más focalizadas.
“Tomando una perspectiva de medio plazo, la política fiscal tendrá que seguir un marco basado en reglas que apoye la sostenibilidad de la deuda y la estabilización macroeconómica”, ha apostillado.