MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
La vivienda en alquiler ha aumentado un 7,78% interanual en enero y un 0,9% frente a diciembre de 2023, hasta los 11,22 euros por metro cuadrado, según pisos.com.
En concreto, las regiones más caras para vivir de alquiler fueron Baleares (16,69 euros por metro cuadrado), Madrid (15,64 euros por metro cuadrado) y Cataluña (12,61 euros por metro cuadrado), mientras que las rentas más económicas estuvieron en La Rioja (4,35 euros por metro cuadrado), Castilla y León (4,89 euros por metro cuadrado) y Extremadura (5,18 euros por metro cuadrado).
En el último mes, el mayor incremento fue en Baleares (2,99%) y la mayor bajada en Cantabria (-2,97%), mientras que en tasa interanual, Comunidad Valenciana (21,05%) fue la que más subió y La Rioja (-18,99%) la que más bajó.
A nivel provincial, Alicante (3,24%) ha experimentado en el último mes el mayor encarecimiento del metro cuadrado, y Badajoz registró la mayor bajada (-2,99%), mientras que en tasa interanual la mayor subida registrada fue la de Valencia (22,43%) y la renta que más bajó fue la de La Rioja (-18,99%).
En relación a las capitales de provincia, Barcelona fue la más cara para los inquilinos con 24,71 euros por metro cuadrado, seguida de Madrid (20,80 euros por metro cuadrado) y Donostia-San Sebastián (17,86 euros por metro cuadrado), mientras que Jaén fue la más barata con 6,52 euros por metro cuadrado, junto con Ourense (6,79 euros por metro cuadrado) y Palencia (7 euros por metro cuadrado).
Cuenca (3,19%) protagonizó las subidas mensuales, mientras que Zamora (-2,96%) fue la capital que más se devaluó en este periodo, y en tasa interanual, Valencia (25,84%) lideró los incrementos, frente a la bajada del precio en Lugo (-2,83%).
Esta subida de los precios del alquiler está por encima de la capacidad de endeudamiento de los consumidores, “obligándoles a ampliar su búsqueda a zonas que no encajan con lo que tenían pensado o a conformarse con pisos más pequeños o desactualizados”, ha subrayado el director de Estudios de pisos.com, Ferran Font.
Además, Font destaca la escasez de oferta y la baja calidad de las viviendas en alquiler, lo cual afecta especialmente a los jóvenes, que deben realizar un “enorme esfuerzo” para emanciparse y a pesar de ello no pueden encontrar “las condiciones de habitabilidad deseadas”.
Así, las fórmulas alternativas como el alojamiento flexible han tomado protagonismo, abriendo la puerta a la gestión profesional del alquiler por parte de empresas privadas.
“Se deben sentar las bases de un alquiler residencial fuerte y competitivo, con una normativa y una fiscalidad estables al margen de los vaivenes políticos, además de posibilitar el paso hacia la compraventa con más producción de obra nueva”, ha asegurado Font.