La Unión Europea ha aprobado las primeras sanciones de su historia al gas ruso; así lo han confirmado la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y la presidencia belga del Consejo.
El nuevo paquete de sanciones a Rusia, el decimocuarto desde que empezó la guerra de Ucrania, prevé sanciones específicas contra el sector del gas, y ha sido definido como “poderoso y sustancial” por los embajadores de la UE. El conjunto de sanciones prohíbe a los puertos de la UE revender gas natural licuado ruso después de su llegada; es decir, las empresas de la Unión Europea podrán seguir comprando GNL ruso, pero no podrán reexportarlo a terceros países, una práctica conocida como transbordo. Además, se bloquea la financiación de las terminales de GNL previstas por Rusia en el mar Báltico y el mar Ártico.
España, Bélgica y Francia fueron los principales puertos de entrada de GNL ruso en 2023, y alrededor del 22% de estos suministros se transbordaron a todo el mundo. España es, tras China, el país que más gas licuado compra a Rusia. En 2023, las llegadas de gas ruso a puertos españoles batieron un récord tras crecer un 30%.
El nuevo acuerdo incluye medidas más estrictas para acabar con la elusión y cierra lagunas que quedaron pendientes en los 13 paquetes de sanciones anteriores; son prohibiciones que van dirigidas a la “flota en la sombra” que Rusia utiliza para evitar el límite de precios impuesto por el G7 sobre el petróleo ruso transportado por mar. El acuerdo se ha alcanzado tras superar las reticencias de Alemania, que lo ha retrasado varias veces.