MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
La tierra cultivada ofrece rentabilidades entre el 4% y el 11%, siendo las hortalizas el cultivo que ofrece el mejor rendimiento, seguido de los cultivos de invernadero, los cítricos y los frutales, según un informe de Tinsa sobre el valor del suelo agrario, un activo inmobiliario que se caracteriza por su estabilidad en términos de valor, que ha generado rendimientos medios en el último lustro entre el 0% y el 2,5% para la mayoría de las tipologías de cultivos.
En concreto, la hectárea cultivada de mayor valor corresponde a los invernaderos (157.000 euros por hectárea), seguido de las hortalizas al aire libre (72.200 euros por hectárea) y cítricos de regadío (53.100 euros por hectárea).
España es uno de los principales productores agroalimentarios dentro de la Unión Europea: el 24% de las hortalizas y el 30,4% de las frutas se producen en España, donde la agricultura aporta el 2,3% del valor añadido bruto a la economía y concentra el 3,2% de la población activa.
En 2021 las exportaciones agroalimentarias españolas aumentaron un 11% anual, alcanzando los 60.118 millones de euros, el máximo de la serie histórica en términos nominales. El suelo agrario supone un tercio de la superficie total de España.
“Los activos rústicos han entrado en los últimos años en el punto de mira de los inversores atraídos por el valor estable de la tierra y el potencial de mejora de los rendimientos. Se interesan principalmente por cultivos de regadío, más valorados y rentables, y por grandes superficies con el objetivo de generar economías de escala y mejorar el retorno de la inversión mediante técnicas de cultivo intensivas y superintensivas”, ha explicado la directora del Servicio de Estudios de Tinsa, Cristina Arias.
Dado que el valor de la tierra de cultivo está asociado a su rendimiento, entendido como la producción generada por cada unidad de superficie, el suelo más valorado se corresponde, según Tinsa, con la modalidad de regadío, principalmente hortalizas y cítricos, aunque estos últimos (y los frutales en general) atraviesan cierta crisis asociada a la atomización y a la competencia de otros países.
Las valoraciones de fincas cultivadas reflejan que son los cultivos de invernadero con regadío los que muestran un valor de suelo más elevado, cerca de 158.000 euros por hectárea de media, seguidos de las hortalizas cultivadas al aire libre (72.200 euros por hectárea), los frutales cítricos (53.100 euros por hectárea), el olivar de regadío (36.200 euros por hectárea) y los frutales no cítricos (36.100 euros por hectárea).
Los suelos de cultivo agrícola son activos bastante estables, que muestran rendimientos medios de valor (CAGR) en los últimos cinco años entre el 0% y el 2,5% en la mayoría de los cultivos analizados, según el informe.
Los suelos agrarios que muestran mayores tasas de crecimiento anual compuesto en el período 2017-2022 son los de los frutales no cítricos de secano (+3,6%), el viñedo de secano (+2,1%) y los herbáceos de regadío (+2%).
Los únicos cultivos en los que el rendimiento medio del valor en el periodo 2017-2022 ha sido negativo son los frutales no cítricos de regadío (-2,5%) y cítricos de regadío (-0,1%).
El informe de Tinsa destaca que la competencia de precios de las importaciones africanas explica que los precios del suelo se hayan visto depreciados en estos rubros y añade que la tendencia ha sido bajista en algunas comunidades autónomas hasta 2020 y de estabilización mantenida en los dos últimos años.