MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
La siderúrgica brasileña Vale registró un beneficio neto atribuido de 26.700 millones de reales brasileños (4.006 millones de euros), revirtiendo así las pérdidas del año anterior, a pesar de la pandemia de Covid-19 y el acuerdo judicial de 37.689 millones de reales (5.857 millones de euros) para la compensación de los daños socioeconómicos y ambientales que produjo la ruptura de una presa en el municipio de Brumadinho.
“Fue un año en el que dimos pasos importantes para convertirnos en una empresa más confiable. Estableciendo el acuerdo global de Brumadinho, mejorando nuestros estándares de seguridad y reanudando parcialmente todas nuestras operaciones de mineral de hierro detenidas en 2019, avanzamos para reducir aún más el riesgo de nuestro negocio. Con esto, estamos preparando a Vale para resultados más sólidos en 2021”, ha destacado el consejero delegado de la sociedad, Eduardo Bartolomeo.
La cifra de negocio de la compañía durante el ejercicio ascendió hasta los 208.529 millones de reales (31.246,3 millones de euros), un 40,3%; con unos costes asociados a ventas de 98.567 millones de reales (14.775 millones de euros), un 17,5% más. De este modo, el resultado bruto de la siderúrgica alcanzó los 109.962 millones de reales (16.481,5 millones de euros) durante el ejercicio.
Por su parte, el resultado bruto de explotación (Ebitda) se situó en los 87.340 millones de reales (13.083 millones de euros), el doble que el año anterior; mientras que el beneficio operativo alcanzó los 57.504 millones de reales (8.617 millones de euros), un 1.067% más que el año anterior.
Entre octubre y diciembre, la compañía registró un beneficio neto de 4.825 millones de reales (723,5 millones de euros), frente a las pérdidas de 6.408 millones de reales (961 millones de euros) del mismo periodo del año anterior.
La siderúrgica prevé un mercado de cobre relativamente equilibrado en 2021, en línea con la fortaleza que muestra la demanda china, en contraste con el mercado de metales concentrados, que parece “mucho más ajustado”.
La perspectiva a largo plazo para el cobre también es positiva, con una demanda creciente a lo largo de los años impulsada por las infraestructuras de edificación, construcción y redes eléctricas, a lo que se une el aumento de la demanda de vehículos eléctricos.