MADRID, 27 (EUROPA PRESS)
La riqueza mediana neta de las familias en España aumentó un 4,6% en 2020, hasta a 122.000 euros, respecto a los 116.600 de 2017, mientras que la renta mediana de los hogares se elevó un 14,1%, desde los 23.300 euros en 2016 a los 25.600 euros en 2019, según se recoge en el Encuesta Financiera de las Familias de 2020 que hoy publica hoy el Banco de España.
Esta encuesta analiza los cambios ocurridos en la situación financiera de las familias españolas entre finales de 2017 y finales de 2020.
La riqueza media aumentó un 5,6%, pasando de 255.500 euros en 2017 a 269.900 euros en 2020, un año este último marcado por la llegada de la pandemia de Covid-19 a España. La renta media se incrementó un 10,8% en 2019, hasta los 38.900 euros.
El Banco de España cree que el aumento del 4,6% de la riqueza neta mediana “rompe la tendencia decreciente” mostrada en el periodo 2011-2017, en el que se acumuló una caída del 27%, si bien este incremento “esconde” variaciones “muy dispares” por grupos de edad.
Así, la riqueza mediana aumentó sustancialmente para los hogares jóvenes, hasta 23.900 euros, para los que en 2014 y 2017 se observaban niveles bajos, de en torno a 5.000 euros. Aún así, estos niveles siguen siendo “muy inferiores” a los que tenía este grupo en 2011, que era de 72.630 euros.
También aumentó la riqueza mediana en 2020 para los hogares cuyo cabeza de familia era mayor de 65 años o tenía entre 35 y 44 años, aquellos cuyo cabeza de familia era empleado por cuenta ajena y aquellos en los que estaba jubilado.
Sin embargo, el Banco de España alerta de la disminución de riqueza de aquellos hogares con menor renta. En concreto, la riqueza mediana de las familias con rentas por debajo de 20.000 euros era de 40.600 euros en 2020, un 15% menos que en 2017. Además, la riqueza mediana entre las familias con una riqueza inferior a 25.000 euros era de 400 euros; cuando en 2011 este valor era de 7.100 euros.
La riqueza neta mediana también disminuyó para los hogares cuyo cabeza de familia trabajaba por cuenta propia, con un descenso del 5%, y para aquellos donde el cabeza de familia estaba desempleado o inactivo –que registraron un retroceso de la riqueza mediana del 25% en 2020.
NIVEL DE RENTA
El Banco de España señala que los aumentos tanto en la renta mediana real (del 14,1%) como en la renta media (del 10,7%) implican que, tras la caída de la renta entre 2010 y 2013, continuó la tendencia de crecimiento observada entre 2013 y 2016, que incluso se acentuó con aumentos mayores y más generalizados.
Por nivel de renta, se observan variaciones positivas de la renta mediana, en torno al 10%, a lo largo de casi toda la distribución, si bien los incrementos más importantes se dan en los tramos intermedios. La excepción serían las rentas menores a 20.000 euros, cuya renta media disminuyó un 1,4% en 2019 con respecto a 2016.
El supervisor destaca la subida de la renta entre los hogares más jóvenes, con tasas superiores al 20%, de forma que la renta mediana en este grupo llegó a superar el nivel de 2010. Por situación laboral, los hogares cuyo cabeza de familia era empleado por cuenta propia experimentaron los mayores incrementos, con tasas también por encima del 20% para la renta mediana.
Por nivel de riqueza, los aumentos observados en la renta también fueron generalizados a lo largo de toda la distribución. De hecho, en este sentido, los hogares cuya riqueza era menor a 25.000 euros vieron aumentar su renta media un 10,6%, hasta los 22.900 euros.
ACTIVOS
La encuesta también señala que un 98,2% de las familias poseía algún tipo de activo, real o financiero. Para estas familias, el valor mediano de sus activos a finales de 2020 era de 160.700 euros. Respecto a 2017, tanto el porcentaje de familias que poseía algún activo como el valor mediano de sus activos ascendieron ligeramente, 0,6 puntos porcentuales y un 2%, respectivamente.
Los activos reales — referidos a la vivienda principal, otras propiedades inmobiliarias, negocios por cuenta propia, joyas u obras de arte– representaban el 79,2% del valor de los activos totales, siendo la vivienda el activo más importante (41,9%), seguido por las propiedades inmobiliarias (27,8%) y los negocios relacionados con actividades por cuenta propia (8,3%).
Sin embargo, el Banco de España señala que entre 2017 y 2020, al igual que en el periodo anterior de 2013-2016, se ha producido una recomposición de este tipo de activos, pero con tendencias distintas: Mientras que la vivienda principal perdió peso en el total de los activos (desde el 43,5% a finales de 2017 al 41,9% a finales de 2020), la contribución relativa de las otras propiedades inmobiliarias se mantuvo estable, de forma que, en conjunto, la importancia de los activos inmobiliarios se redujo 2 puntos porcentuales, de 71,6% en 2017 y 69,7% en 2020.
Sin embargo, el peso relativo de los negocios aumentó del 7,5% al 8,3%. En cualquier caso, el 73,9% de los hogares en 2020 era propietario de su vivienda principal, frente al 75,9% de 2017. Para estos propietarios, el valor mediano de su vivienda principal era de 130.000 euros en 2020, frente a los 121.900 euros de 2017.
En general, el Banco de España observa caídas generalizadas en este porcentaje en casi todos los grupos, que son especialmente acusadas entre los hogares con cabeza de familia menor de 35 años (5,2 puntos porcentuales) y de entre 35 y 44 años (5,6 puntos porcentuales), los hogares cuyo cabeza de familia era empleado por cuenta propia (4,9 puntos porcentuales) y los que estaban en paro o en otro tipo de inactividad (5,6 puntos porcentuales).
La encuesta destaca que, entre 2011 y 2020, la tasa de propiedad de los hogares más jóvenes cayó 33 puntos y pasó del 69,3% al 36,1%.
Además, el 45,3% de los hogares era propietario de activos inmobiliarios en 2020 que no eran su vivienda principal, un porcentaje algo superior al de 2017. En este sentido, incluso un 26,3% de los hogares con menores rentas poseen activos inmobiliarios con estas características.
A su vez, el peso relativo de los activos financieros sobre los activos totales fue del 20,8%, de lo que las cuentas bancarias constituyen casi el 42% del valor de activos financieros, seguido por planes de pensiones (14,2%), fondos de inversión (12%), acciones no cotizadas y participaciones (10,3%), acciones cotizadas (10,3%) y valores de renta fija (0,3%).
EL 57% DE LOS HOGARES TENÍA DEUDAS
En cuanto a la deuda, la del conjunto de los hogares representaba a finales de 2020 un 11,4% del valor total de sus activos, y el 57,1% de los hogares tenía algún tipo de deuda, la proporción más alta desde 2002, si bien el importe mediano de la deuda pendiente bajó a 33.300 euros, un 6,2% menos con respecto a 2017.
El 61,7% de la deuda estaba motivada por la compra de la vivienda principal, con una deuda mediana de 65.000 euros, seguido de compra de otras propiedades inmobiliarias (22,4%) y otras deudas pendientes (116%), como compra de vehículos y otros bienes duraderos, reformas en el hogar, cancelación de deudas y financiación de la actividad empresarial.
Entre 2017 y 2020, aumentó el porcentaje de hogares que tenían alguna deuda, desde el 53,2% al 57,1%. Este aumento fue mayor para los hogares con menor renta –de 30,2% de hogares a 38,6%–, los hogares cuyo cabeza de familia estaba en paro o en algún tipo de inactividad –del 40,1% a 48,6%– los hogares con ningún miembro trabajando –de 26,6% a 34,1%– y los hogares cuyo cabeza de familia tiene entre 55 y 64 años –de 54,4% a 61,7%–.