MADRID, 23 (EUROPA PRESS)
Las comunidades autónomas han comenzado a reducir por primera vez en una década su dependencia de la financiación del Gobierno Central a través del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA), aunque el proceso se desarrollará de forma “lenta y asimétrica”, según la agencia S&P Global.
Después de que el Estado asumiera un papel central en lala financiación de las regiones con la creación en 2012 de facilidades específicas para cubrir hasta el 60% de sus necesidades en 2018, el año pasado las comunidades comenzaron a reemplazar grandes volúmenes de deuda estatal con deuda comercial, gracias a las favorables condiciones del mercado.
En este sentido, la agencia señala que las favorables condiciones de tipos de interés favorecen tanto la refinanciación de préstamos del FLA con la banca, ya que desde el 0,8% de interés al que se concedieron se ha pasado al 0% o incluso a tipos negativos en las refinanciaciones negociadas con bancos nacionales, como las salidas al mercado mediante emisiones.
De este modo, en 2020 las regiones refinanciaron con la banca un total de 15.000 millones de euros en deuda del FLA, mientras que comunidades como Madrid, País Vasco y Navarra se han mantenido activos, y otras regiones también han regresado al mercado.
Asimismo, la agencia señala que las comunidades que más han recortado esta exposición son Canarias, Galicia y Asturias, mientras Madrid, País Vasco y Navarra han sido las regiones más activas en sus emisiones de bonos en el mercado, al que también han ido incorporándose otras como Andalucía, Galicia, Castilla La Mancha, Asturias y Castilla y León.
“Este proceso de reducción de la dependencia autonómica del Ejecutivos Central a través del FLA seguirá avanzando, pero de forma muy gradual y asimétrica, dado que aún 6 de las 17 comunidades autónomas siguen teniendo niveles de exposición a la financiación gubernamental del 70%”, advierte S&P Global Ratings.
Por otro lado, con las reglas fiscales suspendidas para 2020, 2021 y posiblemente también 2022, S&P Global apunta que el Gobierno central seguirá utilizando el cumplimiento de las metas fiscales de 2019 como punto de referencia autorizar a las regiones a emplear una estrategia de financiación mixta.
Eso les permitiría pedir prestado en el mercado conservando el acceso a las facilidades de liquidez, mientras que las regiones que no cumplieron en 2019 con los objetivos deberán elegir entre cubrir todas sus necesidades a través de la FLA, lo que implica una mayor supervisión y condicionalidad, o mediante instrumentos como bonos o préstamos bancarios.