La Alianza Atlántica ha señalado ahora un flanco débil en el que se repara poco: el submarino, las infraestructuras bajo el agua que pueden ser vulnerables a la amenaza rusa, la mayor a la que se enfrenta la organización según ha dictaminado en sus últimas cumbres.
El almirante Didier Maleterre, subcomandante del comando estratégico marítimo de la OTAN (Marcom), ha explicado al diario británico The Guardian que la seguridad de casi mil millones de personas en Europa y Norteamérica está amenazada por los intentos rusos de atacar esas grandes vulnerabilidades de la infraestructura submarina, incluidos parques eólicos, oleoductos y cables eléctricos. De esa red de cables y tuberías submarinos dependen “el poder y las comunicaciones de Europa” y no fue construida para resistir la guerra híbrida que llevan a cabo Moscú y otros adversarios de la OTAN, de estados enemigos a organizaciones terroristas o criminales.
“Sabemos que los rusos han desarrollado una gran cantidad de guerra híbrida bajo el mar para perturbar la economía europea, a través de cables, cables de Internet y oleoductos. Toda nuestra economía bajo el mar está amenazada”, afirmó el militar francés. “Y, para ser muy claros, sabemos lo que los rusos han desarrollado en cuanto a submarinos nucleares para operar bajo el mar. Así que no somos ingenuos y nosotros [los países de la OTAN] estamos trabajando juntos”, avisa. Internet y los cables energéticos son el talón de Aquiles de Occidente, constata.