El presidente de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), Friedrich Merz, solicitó este jueves una moción de censura contra el Gobierno del canciller alemán Olaf Scholz. Scholz confirmó que se someterá a esta moción en la cámara baja del Parlamento, aunque precisó que no se llevará a cabo antes del 15 de enero de 2025. Esta votación sucederá tras la destitución del anterior ministro de Finanzas alemán y el anunció de uno nuevo.
De igual manera, el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, afirmó que está dispuesto a disolver el Parlamento si así se le solicita. “Ahora no es el momento de tácticas y engaños, sino de razón y responsabilidad”, subrayó, añadiendo que todos los individuos en puestos de responsabilidad deben “estar a la altura de los desafíos que enfrentamos”. La advertencia se produce bajo la complicada relación entre la coalición que lidera al país.
El asesor económico del canciller alemán, Joerg Kukies, será el nuevo ministro de Finanzas de Alemania, tras la destitución de Christian Lindner, quien ocupaba el cargo hasta este miércoles. La decisión, tomada por Scholz, ha provocado la ruptura de la coalición tripartita que gobierna el país, conformada por los socialdemócratas, los liberales y los verdes.
Kukies, quien trabajó en Goldman Sachs entre 2004 y 2018, se desempeñó como secretario de Estado en el Ministerio de Finanzas alemán de 2018 a 2021.Cuando Scholz asumió la cancillería en 2021, designó a Kukies como su principal asesor económico. A raíz de la interna crisis que atraviesa el gobierno, Scholz también ha anunciado su intención de convocar elecciones anticipadas para marzo de 2025, a pesar de que las elecciones generales estaban inicialmente previstas para el 25 de septiembre de 2025.
La ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, se unió al apoyo de Scholz en defensa de las elecciones anticipadas, argumentando que ello permitiría una “transición ordenada” en un contexto político y económico “incierto”, declaró en una entrevista con ARD-Morgenmagazin.
La destitución de Lindner, líder del Partido Democrático Libre (FDP), se debió, según explicó el portavoz del gobierno alemán, a las crecientes tensiones en torno a la política económica y presupuestaria. Además, tanto la Socialdemocracia de Scholz y el partido de los Verdes, encabezado por Robert Habeck, se habían resistido a las propuestas de Lindner de realizar reformas económicas amplias, que según él eran esenciales para estimular el crecimiento y abordar los desafíos fiscales.
En un discurso ante la nación, Scholz explicó que se había visto “obligado a dar este paso para evitar más daños” y afirmó que “hace falta un Gobierno capaz de actuar y de tomar las decisiones necesarias” para el bienestar del país. En este contexto, el canciller subrayó que, frente a la crisis financiera e industrial que atraviesa Alemania y la guerra en Ucrania, “Europa debe apuntar a las inversiones”. “La situación es seria”, añadió Scholz.
También añadió que no está dispuesto a elegir entre el apoyo a Ucrania y el estado del bienestar, como sí le habría planteado Lindner. Scholz aseguró haber hecho propuestas a sus socios de coalición para equilibrar el presupuesto, relanzar el crecimiento económico y, al mismo tiempo, mantener el apoyo militar a Ucrania y las prestaciones sociales en Alemania. Sin embargo, según el canciller, las propuestas fueron rechazadas por Lindner, quien “ha traicionada mi confianza con demasiada frecuencia”. En su intervención, Scholz calificó a Lindner de “egoísta”, “mezquino” e “irresponsable”.
La ruptura tripartita se produce en un un momento en el que Alemania atraviesa un declive económico ante la posible declaración de una recesión por segundo año consecutivo, informó el Bundesbank a principios de noviembre. Por otra parte, el auge de la extrema derecha en algunos estados se ha producido paralelamente a la caída de popularidad de los partidos que componen el Gobierno.
Esta sería la segunda vez en menos de veinte años que Alemania va a elecciones anticipadas por la vía de un voto de confianza convocado con el propósito de perderlo. En 2005, el entonces canciller socialdemócrata Gerhard Schroeder recurrió a este fórmula, tras perder varias elecciones regionales que desgastaron su poder.