MADRID, 3 (EUROPA PRESS)
La onza de oro troy, activo refugio por antonomasia, ha perforado este miércoles sus máximos históricos por tercera jornada consecutiva al elevarse un 0,6% y situarse en los 2.295,25 dólares, según los datos del mercado consultados por Europa Press.
El metal precioso ha tocado ese nuevo máximo histórico poco después del cierre de las bolsas europeas, lo que ha coincidido con las últimas declaraciones del presidente de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, Jerome Powell, en las que aseguraba que el banco central tiene tiempo para decidir sobre los recortes de tipos de interés -que se sitúan ahora en el 5,25-5,5%-.
Precisamente, la onza de oro ha marcado máximos en los últimos dos días después de que el pasado viernes se conociesen la inflación PCE de Estados Unidos y las declaraciones del presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, en las que apuntaba que se necesita consolidar el proceso desinflacionista antes de efectuar el primer recorte de los tipos de interés.
En lo que va de año, el oro acumula una revalorización de más del 11%, si bien los avances se han concentrado especialmente en marzo -con una subida del 9%- al son de las declaraciones y movimientos de los bancos centrales a propósito de cuándo y con qué intensidad llegarán los tipos de interés.
En ese sentido, el oro ha roto durante varias jornadas en marzo sus máximos históricos al aproximarse y finalmente rebasar al nivel de los 2.200 dólares; una tendencia que ahora se prolonga en el inicio de abril en su camino al nivel de los 2.300 dólares.
En la última semana, los inversores parecen diluir la expectativa, hasta ahora generalizada, de tres descensos de los tipos de interés que arrancarían en junio por parte de la Fed.
Paradójicamente, esa perspectiva de una política monetaria dura durante más tiempo del previsto debería presionar a la baja al oro, ya que el metal cotiza en ‘billetes verdes’ (al mantenerse elevado el ‘precio del dinero’ cae el oro y viceversa, según la teoría clásica).
Al hilo de esta situación, Bank of America ha apuntado este miércoles en un informe que los precios del oro “han sido notablemente resistentes en los últimos meses a pesar de que los bancos centrales de todo el mundo han endurecido su política monetaria”, en tanto que las razones detrás de estas subidas del oro, que podrían catapultarse hasta los 2.400 dólares, se encontrarían en la demanda de los bancos centrales y, especialmente, de China.
El estratega de mercados emergentes de Ostrum AM (filial de Natixis IM), Zouhoure Bousbih, explicó ayer en un informe que la actual ‘fiebre del oro’ se explica por el contexto de factores geopolíticos, como la guerra de Ucrania, y la diversificación de las reservas en dólares por parte de los bancos centrales de países emergentes.
Bousbih ahondó en que las condiciones financieras son determinantes en las perspectivas de los precios a corto plazo, si bien la demanda -en particular de los bancos centrales- es un determinante importante a largo plazo.
En ese sentido, apuntó que, aunque el metal amarillo representa actualmente sólo el 7% de las reservas de los bancos centrales de los países emergentes, sus reservas de oro se han más que duplicado desde 2008.
Los actores protagonistas en ese apartado son China, Rusia, India y Turquía, en tanto que, según Bousbih, el rápido aumento de las reservas de oro de los bancos centrales de los mercados emergentes refleja “la voluntad de diversificarse y alejarse del dólar, que sigue representando dos tercios de las reservas de los bancos centrales de todo el mundo”.
La disminución de la confianza de los países emergentes en el ‘billete verde’ está vinculada a consideraciones tanto económicas como geopolíticas, acompasó el ejecutivo para seguidamente añadir que el “colosal endeudamiento” de Estados Unidos también hace temer una pérdida de confianza en el dólar, lo que podría apoyar la demanda de oro.
También advirtió el ejecutivo de que 2024 es un año de fuerte demanda de oro, debido al contexto geopolítico -guerra en Ucrania, tensiones en el Mar Rojo y conflicto en Oriente Próximo-, pero también al apretado calendario electoral, especialmente las elecciones estadounidenses de noviembre, lo que refleja la vinculación entre política y geopolítica.
En resumen, Bousbih enmarcó la explosión alcista del oro en el interés creciente de los bancos centrales por el oro tras la crisis financiera de 2008, que puso de manifiesto el riesgo de liquidez del dólar, así como la congelación de las reservas rusas de 300.000 millones de dólares por los países del G7 tras la invasión de Ucrania en 2022, ya que sirvió de ‘electroshock’ para los países emergentes.
“A falta de una alternativa al dólar, el oro se convirtió rápidamente en la forma de preservar las reservas de las sanciones estadounidenses”, remachó.
En una línea convergente, el director de inversiones de Schroders, Matthew Michael, llamó a principios de semana la atención en un informe sobre el hecho “significativo” de que los precios del oro han ignorado el repunte de los tipos de interés reales.
“Parece que hemos entrado en una era de desglobalización y bifurcación geopolítica que ha reforzado significativamente el papel del oro como activo de reserva”, señaló Michael como nuevo paradigma sobre la cotización del oro.
La cotización del oro resurgió con fuerza por el regreso a primer plano del conflicto palestino-israelí, en tanto que desde el pasado 7 de octubre -día del ataque de la milicia islamista Hamás sobre territorio israelí- el metal acumula una revalorización de más del 25%.
De esta manera, impulsado por los riesgos geopolíticos y la compra masiva por parte de los bancos centrales, el oro alcanzó a principios de diciembre una nueva cota para sus registros históricos por encima de los 2.100 dólares.
Anteriormente a esa racha alcista del pasado otoño, la última vez que el oro cotizó por encima de los 2.000 dólares fue en mayo de 2023 por la tensión en el conflicto ucranio y los coletazos derivados de la crisis de la banca regional estadounidense, así como la quiebra de Credit Suisse del pasado marzo, de tal manera que su valor alcanzó un valor de 2.063 dólares a principios de mayo.
Con todo, el anterior máximo histórico del oro -previo al del pasado diciembre de 2023- se produjo el 7 de marzo de 2022, cuando la onza tocó los 2.075 dólares, por el comienzo dos semanas antes de la invasión rusa de Ucrania. A su vez, también rondó esos niveles en agosto de 2020 tras el estallido de la pandemia.