MADRID, 24 (EUROPA PRESS)
El informe ‘Un sistema sanitario en transformación. Los retos del aseguramiento privado en España’, realizado en el marco de la Cátedra Extraordinaria ‘Salud sostenible y responsable’ de la Universidad Complutense de Madrid, promovida junto a la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE), advierte de que la mayoría de las pólizas de los seguros de salud “demoran” la incorporación a sus coberturas de los tratamientos y la tecnología más innovadora.
Es por ello que, en rueda de prensa, el secretario técnico de la Cátedra, Daniel Pallarés, ha instado a “reducir los plazos de la incorporación de la tecnología a las pólizas de los asegurados”. “Hay que regular que las compañías aseguradoras incorporen, en unos plazos de tiempo más cortos, los avances que están llevando a cabo los prestadores”, se recoge en el informe.
Más allá de la asistencia, Pallarés ha opinado que también se deberían implementar estrategias para promocionar la salud desde los propios seguros privados, máxime en un contexto de auge de patologías crónicas.
“Ahora mismo no hay iniciativas para velar por la salud de los asegurados. Cuando uno se cura, vuelve a su casa, pero las aseguradores deberían cuidar del paciente también cuando está sano, por ejemplo mediante la promoción de hábitos de vida saludable, para garantizar la continuidad de su salud”, ha expresado el secretario técnico de la Cátedra de la UCM, quien ha ido desgranando las propuestas del informe durante el acto de presentación del mismo.
Precisamente en relación con la cronicidad, los expertos también han alertado sobre la necesidad de garantizar la continuidad de la prestación sanitaria del asegurado, con independencia de su patología y de su edad. “Esta reflexión se realiza especialmente en casos de patologías complejas (como cáncer, diabetes o enfermedades neurológicas) o de la tendencia creciente de cronicidades, ante los riesgos de que las compañías aseguradoras pudieran limitar la accesibilidad a algunos servicios: condicionar en determinados casos las decisiones del prestador, incrementar el precio de las primas de forma significativa y, en casos concretos, pueden llegar a expulsar al asegurado”, han señalado en el documento.
Además de estos retos, los académicos de la Cátedra de la UCM han identificado otros, como la necesidad de “mejorar la transparencia de las pólizas de salud y dotarlas de mayor claridad, concreción y sencillez, con el fin de facilitar el entendimiento a los ciudadanos”. En este sentido, los investigadores señalan que a la hora de contratar un seguro de salud, el ciudadano se suele encontrar ante una decisión “compleja”, con la existencia de un gran número de compañías aseguradoras y de diferentes combinaciones posibles de póliza que dificultan su toma de decisión. Por este motivo, se recomienda una mayor sencillez a la hora de redactarlas.
Por otro lado, los expertos han alertado de que, si bien actualmente se ha democratizado el acceso al sector sanitario privado mediante pólizas ‘low cost’, sería necesario garantizar la sostenibilidad de la prestación sanitaria privada. “Consideramos que la campañas de marketing de algunas pólizas están devaluando el producto. Creemos que los ciudadanos deberían conocer el coste real de la atención sanitaria”, ha expresado Pallarés. “El entorno actual se caracteriza por un incremento de costes, baremos muy bajos, escasez de profesionales, precios bajos de las palizas de los seguros de salud, el aumento de la frecuentación y el incremento de la siniestralidad”, se advierte en el informe.
SATURACIÓN DEL SISTEMA PRIVADO DE SALUD
En ese sentido, apuestan por innovar en modelos de gestión que disminuyan la saturación del sistema privado de salud. “El deterioro del sistema público de salud está provocando un aumento significativo del uso del sistema privado. La promoción y comercialización de pólizas de bajo coste, unido a un cambio de modelo en donde los ciudadanos hacen un uso inmediato de la póliza contratada, está dando lugar a una saturación del sistema privado, con listas de espera en determinadas especialidades y una reducción del tiempo dedicado por los profesionales a los pacientes en las consultas”, sentencian, para proponer “una evolución hacia la segmentación de los asegurados con el objetivo de poder ofrecer una atención de calidad adecuada a cada uno de ellos”.
Al hilo, también proponen una mayor contratación de médicos y personal de Enfermería para “garantizar la calidad de la atención”; y advierten de que, hasta la fecha, “hay una baja implicación del sector privado en la formación de profesionales sanitarios”.
MUTUALISMO ADMINISTRATIVO
Por otro lado, establecer el futuro del modelo del mutualismo administrativo que permita ofrecer una atención sostenible y de calidad es también una preocupación de estos investigadores. Los precios de las primas concertadas con las compañías aseguradoras son insuficientes para cubrir el servicio demandado, y los diferentes agentes que intervienen en el sistema sanitario privado abogan por un incremento de la financiación del servicio, pues se estima una diferencia de 547 euros por mutualista entre el gasto sanitario público por persona (1.464 euros) y la prima media de MUFACE (917 euros).
De hecho, según datos del informe, hay una tendencia decreciente en el número de mutualistas que reciben atención a través de una compañía aseguradora, lo que ha supuesto la pérdida de 200.000 mutualistas en los últimos 10 años. Precisamente, el 76,3 por ciento de los funcionarios eligen estar adscritos a una compañía aseguradora, porcentaje que se ha reducido en cuatro puntos porcentuales desde 2016.
Asimismo, la Cátedra propone llevar a cabo una transformación digital en beneficio de la salud del asegurado “con responsabilidad bioética”. Si bien el desarrollo de la telemedicina está modificando la estructura del sistema privado de salud, atrayendo, por un lado, a nuevas empresas y produciendo una integración vertical de aquellas que ya estaban en el mismo, también es cierto que la transformación digital comporta riesgos, como la privacidad de los datos, para lo que será necesario contar con la bioética.
Finalmente, los investigadores abogan por incorporar y desarrollar programas de salud mental para todos los asegurados, orientados a establecer factores protectores de la salud mental, evitar retrasar la aparición de enfermedades mentales prevenibles, detectarlas y tratarlas precozmente y mejorar la calidad de vida de quienes las padecen.