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La inversión en fondos temáticos no deja de crecer y despertar el interés de los inversores, al tiempo que se enfrenta a los desafíos y estrategias de desarrollo sostenible que recoge la Agenda 2030 de Naciones Unidas. Según un estudio reciente de Morningstar, el patrimonio gestionado en fondos temáticos se ha triplicado, con respecto a hace 3 años, lo que implica que el 2,1% de todos los activos gestionados en renta variable global ya están en fondos de este tipo. Bajo este paraguas, en Negocios Televisión, en el especial Negocios a Fondo: Fondos Temáticos y Megatendencias, se ha analizado cómo enfocar las inversiones hacia los factores ESG en inversión temática.
En este contexto, Marcos Aza, Senior Investment Manager del departamento de Inversiones Cuantitativas de Santander AM España; Miguel Luzárraga; Director para Iberia de AllianceBernstein e Inés del Molino, Directora de Cuentas de Schroders, han coincidido en que la inversión temática es fundamental en las carteras y la Agenda 2030 va a continuar su avance.
Bajo este paraguas, desde Schroders, se ha puesto de relieve que la sostenibilidad no es solo una temática, sino una nueva forma de invertir y las temáticas ayudan a traducir esa sostenibilidad en algo más patente. Por su parte Santander AM España ha señalado que “la mejor forma de enfocar las inversiones hacia factores ESG es incluir todos los criterios de ESG en todos los procesos de inversión, y que el resultado sea algo con impacto”. Por su parte, Alliance Bernstein, ha subrayado que es fundamental incluir los criterios ESG: “Tras la pandemia, nos centramos en una serie de factores y unas temáticas y son los factores ESG los que han permitido todo esto”.
En cuanto a la agenda 2030, las tres gestoras están de acuerdo en que se trata de un horizonte temporal cercano que va a exigir una gran vigilancia y reciclaje, dado que obliga a construir carteras más sostenibles y responsables. En este punto, Luzárraga recuerda que se van a revisar cada 5 años los avances de los partícipes de la misma, por lo que hay que “analizar las compañías de una manera diferente” y los factores ESG se convierten en algo troncal. Añade además que van a generar muchos cambios tanto en la sociedad como en las empresas o en los componentes financieros pero que hay que ser vigilante y evitar el “green washing” para eliminar a las empresas que falsean su compromiso con la sostenibilidad.
La consecución, sin embargo, de los objetivos de la Agenda 2030, en plazo, no parece fácil de alcanzar, según apunta Del Molino que advierte que van a ser dinámicos y evolucionarán. En todo caso, pone el énfasis en que hay que analizar muy en detalle a las compañías para saber que cumplen con los criterios ESG. Desde Schroders, asegura que lo que están haciendo es añadir el prisma de la sostenibilidad en su análisis, con el mismo peso que los flujos de caja recurrentes, por ejemplo.
Desde Santander AM, Aza también se muestra dudoso en cuanto a que los desafíos 2030 se alcancen para entonces, pero se muestra convencido en que “para conseguir todos los objetivos tenemos que invertir en temáticos, porque son esas fuentes de disrupción las que nos van a permitir llegar a ellos”. En cuanto a rentabilidades, subraya que en términos monetarios se están ofreciendo “oportunidades en todos los ámbitos de la sostenibilidad”, pero además además que hay que ver rentabilidad como algo que va a ser circular: “El impacto de la inversión temática va a tener huella en todo entorno”.
En cuanto a la “S”, de los criterio ESG, de las cuestiones sociales, parece evidente que resulta mucho más difícil de medir su impacto, aunque coinciden en que resulta crítica y exige formación. Desde Alliance Bernstein defienden que “hay que incluir la S en cualquier cartera sostenible. Hay que invertir en la sociedad, en la infraestructura social”; desde Santander AM, subrayan que “hay que destinar parte de la cartera a fomentar la inclusión social” y desde Schroders, advierte que se trata de un objetivo ambicioso que hay que trabajar, porque resultará clave y señala que, según su encuesta “el 77% de los inversores dice que nunca invertirá en contra de sus principios y convenciones”.