La tasa de inflación anual en Francia se situó en un 1,2% en septiembre, por debajo de las expectativas de los analistas, que esperaban un 1,6%; se ha desacelerado más de lo previsto, desde el dato previo del 1,8%. El descenso se debe a la caída en los precios de la energía, los servicios y los bienes manufacturados. El IPC armonizado ha pasado del 2,2% al 1,5%, rebasando también la expectativa del 1,9%.
No obstante, el informe destacó que los precios de alimentos, tabaco, ropa y calzado mostraron un incremento, impulsados en parte por la proximidad de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Verano de 2024 en París.
Tras el dato, la mayoría de los expertos prevén un recorte de tasas de interés de 50 puntos básicos en la reunión del BCE de diciembre.
Francia se recupera de una crisis política motivada por un adelanto electoral, la subida del partido de Le Pen y la dificultad para formar gobierno.